Mi poema "LOA PARA UN EXIMIO" ha resultado vencedor en el XLII certamen "FRANCISCO DE QUEVEDO"
que convoca la Orden Literaria del mismo nombre con la colaboración del Excmo. Ayuntamiento.
El galardón consiste en la investidura de Gran Comendador de la Orden Literaria "Fco. de Quevedo", entrega de pergamino y 900 Euros.
LOA PARA UN EXIMIO
Si agradable descanso, paz serena,
la muerte en traje de dolor envía,
señas da su desdén de cortesía:
más tiene de caricia que de pena.
Francisco de Quevedo
La misteriosa damisela lanza
su epistolario no correspondido
cuando ya no soporta su alianza
y piensa en regresar por donde se ha ido.
La palabra de Dios en mezcolanza
con el poderoso caballero desabrido
produce tal euforia que se alcanza
un culmen sin igual en la libido.
Sea el vate, pongamos, uno viejo,
un poeta de natural hiriente
que procura enemigos con gracejo
y lo mismo destripa a algún pariente
que a los representantes de un concejo,
o al propio rey si lo tiene enfrente,
sin mover ni siquiera el entrecejo
con sus méritos de hábil resiliente.
Raya su pluma donde luz palmaria
de las sombras refulge por encima.
La perilla de truhan, estrafalaria,
acentúa su apego por la esgrima
y adorna su faz extraordinaria.
Pero al igual que odia, si quiere intima
y hasta le ofrece el cielo a su adversaria
haciéndole rimar lo que no rima.
Va por calles oscuras, callejones
donde manda su esquivo personaje,
y desnuda el imperio entre marrones
la vil aristocracia sin su traje.
Desfalca el bolso de las emociones
a doncellas de altísimo peaje
rodeado por mugre y por ratones
para saldar sus deudas de linaje.
Que la muerte lo acecha… ¡ya lo sabe!,
y tan poco le importa la evidencia
que ni se ocupa en aplazar lo grave,
ni le disuade su clarividencia.
Si le dais fuego incendiará la nave
rodeado de espadas sin clemencia,
pues para eso él ya no merita clave
que imponga a sus pecados penitencia.
Conozcan por su tinta los ufanos
que toma por virtud a la ironía
y escoge rodearse de villanos
antes que soportar la egolatría
a quienes adolecen en sus manos
de talento para la escribanía,
mientras le medran destripando arcanos
en forma de romance o de elegía.
He venido a piafar por los Infantes
de aquesta Villanueva acogedora
en rocín imaginario, como antes
-por exactos derroteros y a otra hora-
recorriese el mismísimo Cervantes,
que cualquier coartada es promotora
para ahormar sonetos elegantes
sin ánimo de lucro y sin demora.
Entro a la celda dominica y leo
la postrera ocurrencia con su nombre
y así materializo el gran deseo
de este puñado de tierra, de este hombre.