IGLESIA DE SAN PABLO DE ÚBEDA

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Iglesia de San Pablo (ÚBEDA)

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domingo, 27 de noviembre de 2022

POEMAS PREMIADOS EN VALDEPEÑAS 2022


 FOTO DE FAMILIA CON TODOS LOS PREMIADOS Y MIEMBROS DE "EL TRASCACHO"


SÍMBOLO CHILANCO AL POEMA 

"PRIMERAS GOTAS DE LLUVIA":

Luna de tiza. 

Primeros relámpagos. 

Más allá del horizonte luz trémula 

en el interior de una nube gris y rota.

Pentagrama blando donde escribir canciones

para que se duerman las muchachas tristes 

y los fámulos recuerden viejos tiempos.

 

Hay pequeñas gotas minúsculas, gregarias,

que la gravedad aproxima 

-lo nuestro es algo parecido -

y ruedan a sus anchas por las tuberías

hasta un patio sin aire 

donde no pueden respirar las anémonas.

 

Huele a tierra fría. 

Tarde de diciembre tras un incendio de pájaros. 

Los canalones regurgitan inconsistencias

que guardaban desde lluvias anteriores

con abrazaderas hechas a medida de su carne.

 

Los niños se despeinan con la luz mortecina

que desprenden las bombillas arrugadas.

 

La penumbra es viento y el viento es penumbra 

donde escuchar historias sobre una rebanada de mugre.

 

Los carteles crepitan y ponen a prueba sus argollas.

Las mujeres se arrebujan en sus propias migrañas

y un cáliz de sol impertinente dora los rastrojos.

 

Así es mi sombra, préstamo de oscuridades;

caricia remota en el pedernal de tus párpados, 

línea curva en el tramo que va 

desde mi boca estragada hasta tus labios húmedos, 

de tu areola densa a mi sonrisa dúctil, 

de mi respiración a tu diafragma

cuando escampa la casualidad de encontrarnos  

en el mismo imponderable, a cada hora, 

en esa calma que precede a la llovizna

como otro peldaño vivo en esta escalera turbia, 

porque así empiezan siempre las historias románticas,

con cimientos de polen y vientos que ululan;

porque sé que la tormenta hará que proliferen 

palabras ridículas, miedos caducados y arquetipos,

y que los guionistas que viven en mi fantasía 

buscarán la coyuntura favorable, 

la frase deliciosa, el momento propicio

para que me abraces en cada relámpago que fulja,

y escribirán el comentario ideal que encienda 

tu sonrisa irreversible, de alto voltaje, en las farolas apagadas, 

y harán que pongas punto final a mis delirios,

y ya no tendré más remedio que besarte.

 

Este encuentro casual entre nosotros, tregua o pacto, 

filigrana, o concesión, o entente necesaria,

con las primeras gotas furiosas tiroteando las paredes,

con sus cargas de profundidad y sus medias tintas,

sus acólitos, sus domingos siderales, sus angustias flojas 

y el silencio atenuado por otro silencio mayor 

que nos va envolviendo para regalo, juntos, ante las visitas,

nos hará distintos y nos hará vulgares,

seremos otros en los mismos cuerpos mojados

aunque la intimidad nos muerda en las yemas del principio 

y dibuje con colores mágicos nuestro futuro.

 

El paraguas -seguro contra la lluvia a todo riesgo-

apenas si aborta precipitadamente tu sonrisa

y desmaquilla el rictus con navajas de juguete.

 

Gritamos por dentro verdades absolutas.

Juntamos los restos del verano en la escudilla 

con la panorámica sensible de las circunstancias

y la hormona disidente haciendo de las suyas. 

 

Con su agua simbólica, y sin demorar el encuentro

más allá de lo estrictamente necesario, 

mientras dura el meteoro y la nube descarga 

la mercancía de su ira en la cuna de las tejas,

expío la culpa acumulada en tantos años telúricos a solas

y lavo, bajo el cangilón de las canales unísonas, 

la costra de rutina que empolvaba mis sueños.

 

Luna sonámbula. 

En el interior de una nube gris y trémula

luces rotas. Pentagrama para un himno

que nos perseguirá siempre.

Más allá del horizonte, 

relámpagos de tiza. 




SÍMBOLO CENCIBEL AL POEMA:


"TEORÉTICA DEL CALDO"

 

 

Soy el aliento de un caldo que desfoga

en la trama del mundo sus caudales

y da color a las confidencias alentadas

por los soportales de su singladura.

 

Principios esenciales de mi estirpe

desde cualquier landa o tierra traigo

en úvulas que portan componendas;

la Historia, hecha con sangre y con caballos,

acaba incorporándose a las cepas

y alimenta con su ira los terrones

por el sudor de las frentes y las manos,

como atributo ancestral y genuino 

para que yo la fermente en Valdepeñas.

 

A nada renuncio y con nadie arraigo:

yo, que soy milagro austero de raíces

y que me cuajo entre adversidades y renuncias,

desde mi origen humilde en las terreras

a nadie despojo de su secreto íntimo,

por nada traiciono la etiqueta de mi cuna.

Soy el vapor que augura elementos nuevos

sobre la dialéctica confusa de un amigo

que degusta en mi sorbo lentamente

todos los matices de sus sentimientos

y comparte luego las incertidumbres

untadas con aroma de lagares.

 

Soy el tránsito donde se cuece el signo

cuando no conoces qué decirle con certeza

si te plantea el agobio de una duda

y no aciertas con el dardo de un consejo.

 

Vino que enjuga y lava las acequias

obturadas del cuerpo y las del alma

cuando os hablo en tono lírico: 

mosto caliente que transmuta en cántico,

puente entre colinas de posturas alejadas,

líquido para extrapolar la ausencia

con sus bastiones y sus notas trágicas

al pozo de los miedos interiores.

 

Siempre os acompaño, en las papilas

que se calientan con mi esencia pura

y en gargantas que dirigen mi tránsito 

por los recovecos de la carne y del espíritu.

 

En motor de las lenguas me transformo,

interferencias detecto y elimino

y, sobre todas las cosas y sentencias,

analizo y demuestro que el instante

vivido a la sombra de mi hálito,

enfrascado el paladar en mi envoltura,

atrincherado en mi sangre panegírica,

es el evento que mejor se recuerda

y avala por sí solo la entelequia 

que justifica la falacia de estar vivos.