FOTO DE FAMILIA CON TODOS LOS PREMIADOS Y MIEMBROS DE "EL TRASCACHO"
SÍMBOLO CHILANCO AL POEMA
"PRIMERAS GOTAS DE LLUVIA":
Luna de tiza.Primeros relámpagos.
Más allá del horizonte luz trémula
en el interior de una nube gris y rota.
Pentagrama blando donde escribir canciones
para que se duerman las muchachas tristes
y los fámulos recuerden viejos tiempos.
Hay pequeñas gotas minúsculas, gregarias,
que la gravedad aproxima
-lo nuestro es algo parecido -
y ruedan a sus anchas por las tuberías
hasta un patio sin aire
donde no pueden respirar las anémonas.
Huele a tierra fría.
Tarde de diciembre tras un incendio de pájaros.
Los canalones regurgitan inconsistencias
que guardaban desde lluvias anteriores
con abrazaderas hechas a medida de su carne.
Los niños se despeinan con la luz mortecina
que desprenden las bombillas arrugadas.
La penumbra es viento y el viento es penumbra
donde escuchar historias sobre una rebanada de mugre.
Los carteles crepitan y ponen a prueba sus argollas.
Las mujeres se arrebujan en sus propias migrañas
y un cáliz de sol impertinente dora los rastrojos.
Así es mi sombra, préstamo de oscuridades;
caricia remota en el pedernal de tus párpados,
línea curva en el tramo que va
desde mi boca estragada hasta tus labios húmedos,
de tu areola densa a mi sonrisa dúctil,
de mi respiración a tu diafragma
cuando escampa la casualidad de encontrarnos
en el mismo imponderable, a cada hora,
en esa calma que precede a la llovizna
como otro peldaño vivo en esta escalera turbia,
porque así empiezan siempre las historias románticas,
con cimientos de polen y vientos que ululan;
porque sé que la tormenta hará que proliferen
palabras ridículas, miedos caducados y arquetipos,
y que los guionistas que viven en mi fantasía
buscarán la coyuntura favorable,
la frase deliciosa, el momento propicio
para que me abraces en cada relámpago que fulja,
y escribirán el comentario ideal que encienda
tu sonrisa irreversible, de alto voltaje, en las farolas apagadas,
y harán que pongas punto final a mis delirios,
y ya no tendré más remedio que besarte.
Este encuentro casual entre nosotros, tregua o pacto,
filigrana, o concesión, o entente necesaria,
con las primeras gotas furiosas tiroteando las paredes,
con sus cargas de profundidad y sus medias tintas,
sus acólitos, sus domingos siderales, sus angustias flojas
y el silencio atenuado por otro silencio mayor
que nos va envolviendo para regalo, juntos, ante las visitas,
nos hará distintos y nos hará vulgares,
seremos otros en los mismos cuerpos mojados
aunque la intimidad nos muerda en las yemas del principio
y dibuje con colores mágicos nuestro futuro.
El paraguas -seguro contra la lluvia a todo riesgo-
apenas si aborta precipitadamente tu sonrisa
y desmaquilla el rictus con navajas de juguete.
Gritamos por dentro verdades absolutas.
Juntamos los restos del verano en la escudilla
con la panorámica sensible de las circunstancias
y la hormona disidente haciendo de las suyas.
Con su agua simbólica, y sin demorar el encuentro
más allá de lo estrictamente necesario,
mientras dura el meteoro y la nube descarga
la mercancía de su ira en la cuna de las tejas,
expío la culpa acumulada en tantos años telúricos a solas
y lavo, bajo el cangilón de las canales unísonas,
la costra de rutina que empolvaba mis sueños.
Luna sonámbula.
En el interior de una nube gris y trémula
luces rotas. Pentagrama para un himno
que nos perseguirá siempre.
Más allá del horizonte,
relámpagos de tiza.
SÍMBOLO CENCIBEL AL POEMA:
"TEORÉTICA DEL CALDO"
Soy el aliento de un caldo que desfoga
en la trama del mundo sus caudales
y da color a las confidencias alentadas
por los soportales de su singladura.
Principios esenciales de mi estirpe
desde cualquier landa o tierra traigo
en úvulas que portan componendas;
la Historia, hecha con sangre y con caballos,
acaba incorporándose a las cepas
y alimenta con su ira los terrones
por el sudor de las frentes y las manos,
como atributo ancestral y genuino
para que yo la fermente en Valdepeñas.
A nada renuncio y con nadie arraigo:
yo, que soy milagro austero de raíces
y que me cuajo entre adversidades y renuncias,
desde mi origen humilde en las terreras
a nadie despojo de su secreto íntimo,
por nada traiciono la etiqueta de mi cuna.
Soy el vapor que augura elementos nuevos
sobre la dialéctica confusa de un amigo
que degusta en mi sorbo lentamente
todos los matices de sus sentimientos
y comparte luego las incertidumbres
untadas con aroma de lagares.
Soy el tránsito donde se cuece el signo
cuando no conoces qué decirle con certeza
si te plantea el agobio de una duda
y no aciertas con el dardo de un consejo.
Vino que enjuga y lava las acequias
obturadas del cuerpo y las del alma
cuando os hablo en tono lírico:
mosto caliente que transmuta en cántico,
puente entre colinas de posturas alejadas,
líquido para extrapolar la ausencia
con sus bastiones y sus notas trágicas
al pozo de los miedos interiores.
Siempre os acompaño, en las papilas
que se calientan con mi esencia pura
y en gargantas que dirigen mi tránsito
por los recovecos de la carne y del espíritu.
En motor de las lenguas me transformo,
interferencias detecto y elimino
y, sobre todas las cosas y sentencias,
analizo y demuestro que el instante
vivido a la sombra de mi hálito,
enfrascado el paladar en mi envoltura,
atrincherado en mi sangre panegírica,
es el evento que mejor se recuerda
y avala por sí solo la entelequia
que justifica la falacia de estar vivos.
Magnifico
ResponderEliminarMuchas gracias.
EliminarEs horroroso, la verdad
ResponderEliminarNo me atrevo ni a repetirlo
No es tan malo, no se ponga borde.
EliminarLo que ocurre es que son "poemas de diccionario", no transmiten mucho, eso sí, son muy planos, pero están bien hechos