IGLESIA DE SAN PABLO DE ÚBEDA

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Iglesia de San Pablo (ÚBEDA)

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lunes, 28 de octubre de 2024

PRIMER PREMIO DE MICRORRELATO "CARDENAL MENDOZA"



Finalmente, el andaluz 

Esteban Torres Sagra gana el XIII Certamen 

Internacional Cardenal Mendoza

28 October 2024

Cerca de dos mil microrrelatos, procedentes de 28 países, compitieron por los premios.

Ante las coincidencias sustanciales de la obra considerada ganadora del primer premio, “Amada mamá”, con otro microrrelato ganador de otro concurso y ya publicado, el jurado del XIII Certamen Internacional de Microrrelatos Cardenal Mendoza, ha decidido retirar el galardón a dicha obra y otorgarlo a “Dicotomía post mortem”. Por tanto, la relación de premios queda así:   

  • Primer Premio: “Dicotomía post mortem”. Se trata de un minicuento de carácter escatológico y limpio sentido del humor. Su autor es Esteban Torres Sagra, funcionario de Carrera residente en Úbeda. Como escritor, ha obtenido diferentes premios de poesía y narrativa y ha publicado diversos libros.

  • Segundo Premio: “De locos”, una reescritura de "Alicia en el País de las Maravillas”, escrito con la prosa victoriana de Lewis Carroll. Es original de la narradora catalana M.Carme Marí Vila (Barcelona, 1969).

  • Tercer Premio: “Con el escalpelo”, de Jesús Jiménez Reinaldo (Tudela, Navarra, 1962), una intriga criminal narrada con inquietante precisión. 

  • Mención Cardenal Mendoza Non Plus Ultra, al microrrelato que mejor potencie la imagen del brandy de Jerez: “Qué va a ser”, de Sergio Rozalén Gil (Valencia, 1972), residente en Reino Unido. Su relato recrea la filosófica conversación entre una consumidora de brandy de Jerez y un camarero.

El jurado, presidido por Mauricio Gil Cano, ha estado integrado por las poetas Josefa Parra Ramos, directora de la Fundación Caballero Bonald, y Ana Sofía Pérez-Bustamante Mourier, doctora en literatura, investigadora y crítica; así como por el narrador, catedrático y crítico José López Romero y por Francisco Javier Requejo Bohórquez, consejero delegado de Sánchez Romate Hnos. S. A.   

  Al certamen Cardenal Mendoza han concurrido en esta ocasión 1836 microrrelatos, procedentes de veintiocho países. El fallo del jurado y los microrrelatos premiados pueden leerse en la web https://www.cardenalmendoza.com/es/blog . El Certamen Cardenal Mendoza se ha consolidado como referencia en la narrativa brevísima hispana con su peculiar maridaje entre microficción y brandy de Jerez.  

Enhorabuena al resto de los premiados.


PRIMER PREMIO: “Dicotomía post mortem”, original de Esteban Torres Sagra, residente en Úbeda (Jaén).

DICOTOMÍA POST MORTEM


Aunque los asuntos teológicos no preocupan demasiado, la Santa Sede confirmó, en rueda de prensa —seguramente por esta moda de lo políticamente correcto— que el Infierno ahora pasaría a denominarse Paraíso C, el Purgatorio —otra vez vigente— B, y el Cielo de toda la vida, A.
Lo malo es que, en las sentencias finales —todavía no han hecho las actualizaciones informáticas— no especifica letra- Si pides aclaración, la página da error 666 —¡lagarto, lagarto!—.
Así, llegada mi hora, seguí sin aclarar dónde viviría —o moriría— eternamente, pues méritos acumulaba de sobra para vencer hacia cualquier lado la balanza.
Como es preceptivo vendarte los ojos al entrar, al devolverme la vista, continué desconcertado: no entendía si aquel placer pecaminoso presagiaba “calderada”. o si era mi bienvenida al “Paraíso Premium”, pues Pedro —Botero o Simón, según— me esperaba con una copa ventruda de brandy de Jerez en cada mano.

Esteban Torres Sagra

sábado, 5 de octubre de 2024

PRIMER PREMIO DE POESÍA "FUENTES DE LA EDAD"

 

Tengo el placer de anunciar que mi poema "APÓCRIFO TESTAMENTO" 
ha sido distinguido con el Primer Premio de poesía del certamen 
"FUENTES DE LA EDAD", 
convocado por la asociación del mismo nombre en  Valladolid.


APÓCRIFO TESTAMENTO.              

 

 

Arrendatario de goces

y de cuitas heredero,

afilo el pretil metálico

-perla que brilla sin serlo-

 y arranco el frío que pace

por la humedad de su cuerpo

con una piedra amolada

que guardo entre mis trebejos.

 

Luna gris entre dos lunas

repujada sobre cuerno,

relámpago que desbasta 

esquirlas al aguacero

y las convierte en quimera, 

envidia de los espejos.

 

En mis iris fulge su hoja 

y mis ojos lo hacen dentro

de su frágil catenaria

remedando el universo.

 

Su cómoda empuñadura

se prolonga entre mis dedos

y engalana un escenario 

donde afloran sentimientos

que parecían perdidos

en las hacinas del sueño.

 

Se descorren las cortinas

con las ráfagas de viento 

y echan a volar nostalgias

que estremecen el silencio.

Campa el aire por la estancia

y despeina mis recuerdos:

canciones de vino verde

sobre los peces de acero

retumban sus alharacas

entre paredes de yeso.

Cucharas y tenedores

sobre una mesa sin centro

comparten manjares pobres

con chacinas y pan tierno

partidos con la navaja

que se acurruca en mi seno.

 

En mis iris brilla su hoja 

y mis ojos lo hacen dentro

de su bello desafío

emulando al firmamento.

 

Entresijos familiares

se confunden entre versos 

con estampas infantiles

en las piernas de mi abuelo,

sentado en cada velada

como en la proa de un velero

sobre sus óseas rodillas,

enjutas como sarmientos,

y vuelven a emocionarme

al evocar el misterio

de su voz recia y antigua

recitándome algún cuento.

Sólo queda esta navaja

entre sus cosas de viejo

de las muchas que tuviera.

Seguro que perdió cientos

al cabo de tantos días

y tantas noches de invierno:

ignotas en el monte unas,

otras… junto al olmo seco;

las más, prestadas, sin duda,

a un vecino descuidero

que se olvidó devolverlas

al redil de los cubiertos.

 

En mis iris bruñe su hoja 

y mis ojos lo hacen dentro

de su hermoso escalofrío

escarbando en mis cimientos.

 

Sólo queda esta navaja,

notaria de los eventos, 

alimentando rumores

al aire de su concierto

de muelles que se resisten

a ser sólo teloneros,

y dan fe con sus robines

y con su halo polvoriento

de lo que nunca aprendimos:

no nos sirven como ejemplo

las lecciones magistrales

sobre el transcurso del tiempo,

ni se asume su dictado,

ni se comprende su verbo

hasta que no se conjuga

en el futuro imperfecto,

hasta que corta los hilos

el docto titiritero

y la marioneta que somos,

buscando su cementerio,

sin memoria y sin palabras,

se descoyunta en el suelo.

 

En mis iris bruñe su hoja 

y mis ojos, ya sin fuego,

dejarán para otros hombres 

su apócrifo testamento.