IGLESIA DE SAN PABLO DE ÚBEDA

IGLESIA DE SAN PABLO DE ÚBEDA
Iglesia de San Pablo (ÚBEDA)

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domingo, 27 de noviembre de 2016

FINALISTA EN PREMIO DE RELATO EN ALMORADÍ

El pasado viernes tuvo lugar la entrega de premios en Almoradí del XXVII certamen "VILLA DE ALMORADÍ". Resultó ganador Fernando UGEDA CALABUIG, y yo quedé finalista con mi relato "MI POBRE VIRTUDES" que presento a continuación.



MI POBRE VIRTUDES                

Me abraza un mastodonte que dice ser amigo mío.  “Que dice ser amigo mío” pero que yo no recuerdo en absoluto uncido a cualquier tiempo pasado. Me golpea la espalda con cariño incomprendido y mal casado con su fuerza. Me zarandea por los hombros como si estuviese ausente y las sacudidas sirvieran para devolverme el espíritu -o ahuyentarlo más- y estoy casi a punto de lanzarle un golpe defensivo a la entrepierna cuando ceja en su empeño y se retira lloriqueando, moqueando, suspirando… Su señora es menudísima, con un algo de gallina americana, y tiene las mejillas como un polo. Resalta cómicamente su inferioridad numérica ahora que los veo a los dos juntos de espaldas y -no sé la causa- pero aunque me empecino en imaginármelos desnudos en actitud íntima mientras enfilan la puerta, no soy capaz, es que no soy capaz de visionar la escena.
Incómodo por la ausencia de mi pobre Virtudes, o mejor, incómodo con su presencia, por su rigidez, sobrellevo las horas -desde que la encontré difunta- como flotando en un mar denso. Ella reposa a pocos pasos en un féretro que imita la caoba y nadie que se acerca la reconoce, como me ha pasado a mí cuando la he visto la primera vez. Todos los que se aproximan al féretro se miran asombrados. Nadie la reconoce y -sin palabras- se interrogan sobre su identidad. Como genuina consecuencia o reacción, se cercioran de no haberse equivocado de sepelio, que suele ocurrir con más frecuencia de la que admiten las estadísticas funerarias en estos tanatorios tan modernos, tan distintos, tan iguales. Al verme a mí no sé si se tranquilizan, o se intranquilizan, o piensan que yo también me he confundido de entierro y que todo es una charada. O que la muerta era mi amante y no mi mujer. O que yo no soy yo, en fin, llevo más de treinta horas despierto y yo soy de mucho dormir. Cuando elucubro y junto más de dos o tres suposiciones seguidas siempre desbarro, sin contar con los agravantes que hoy concurren.
Marcos –me dijo que se llamaba Marcos la primera vez que nos vimos- se dedica en cuerpo y alma a la nueva empresa que ha formado con Marisa, su pareja, la esteticién con experiencia pero sin trabajo desde hace meses. Marcos terminó Medicina hace dos años con notas mediocres y empleando algún año más de lo previsto, yendo a la Facultad cada mañana durante ocho o nueve, desayunando en la cantina, leyendo revistas especializadas, soñando con ser el mejor cirujano plástico al sur del Manzanares. “El paro a veces no respeta las horas invertidas y se ceba con los débiles”, me dijo como para convencerme o darme pena, antes de que firmase el contrato, aprobando el presupuesto. “Lo del MIR fue mala suerte”, me contó sin que yo le exigiera explicaciones. Y yo asentí pensando que hablaba de la estación espacial soviética, aunque sin entender el intríngulis de su afirmación ni comprender el gafe del dichoso proyecto ruso. Les surgió la idea una tarde de septiembre en la última terraza del otro verano: seis cervezas, poca tapa…al principio como broma, al principio; luego como posibilidad remotísima, como un hilo de luz en un túnel kilométrico. Finalmente se esculpió sobre un préstamo y una escritura hipotecaria la fantasía de aquella tarde de septiembre tomando cañas cerca del hipódromo, en una terraza. Mal aperitivo, bien se acuerda Marcos. Poca inversión y un campo inexplotado. “Makiya2”, no es que sea especialmente comercial el nombre, pero suena actual y no son caros, no son caros a la vista de lo que ofrecen a un marido inconsolable que no sabe negar a su partenaire un último capricho frívolo. Recuerdo lo obsesionada que estaba últimamente mi pobre Virtudes con el tema de la cirugía y las veces que yo le quité las ganas con mentiras piadosas. “Para qué más pecho, si a mí me gustas así, tontina” “¿Unos labios más carnosos? ¡Anda, anda, fíjate en esas actrices: Sus bocas parecen un desatascador de lavabos”. Y así le desaconsejaba yo cada mejora que ella me proponía venciendo su timidez.
Adela llora casi siempre, llora mucho. Cuando no hay necesidad de lágrimas ella las dona, espontánea. Este es su vicio y su virtud, por eso disfruta en los sepelios. Tiene un record de asistencias sin homologar por unas tasas que no pagó a la revista que las certifica, creo recordar en alguna conversación refrita que me viene a mientes. Otras mujeres provocan carcajadas con sus risas contagiosas y las llevan a la tele, a los programas de chismeo para que animen el cotarro. Ella hace llorar a todos los presentes con sus gemidos y sus gestos. Cobra setenta euros por velada y puede decirse que es la última plañidera de esta ciudad. A veces la reclaman desde latitudes distantes, pero ella no va porque su marido se duerme conduciendo y a lo mejor es peor el remedio que la enfermedad. Lleva hipando -otra especialidad suya paralela- cuarenta y seis minutos seguidos, aunque en realidad escucha a Carlos Herrera por el pinganillo que disimula bajo sus guedejas, sujetas con horquillas. Que conste que yo no la he contratado. Es un bolo altruista por su amistad con mi pobre Virtudes. Su exclusivo adiós. Pero en realidad, al ver el parecido, constato que se trata de la madre del médico y que por eso viene y que tal vez todo sea un complot familiar desde el principio para sacarme los cuartos y encumbrar la empresita.
Don Lorenzo es amigo, era amigo de mi señora. Su confesor, su párroco, su paño de lágrimas espirituales. También ha querido sumarse al duelo y también ha pensado que aquella mujer yacente no era parroquiana suya. Me conoce poco. Me reconforta con una bendición surrealista, no obstante. No tiene tiempo el hombre. Se disculpa pronto y hace mutis por el foro para cumplir con más visitas. Él oficiará el funeral esta tarde a las cinco. “Esta tarde a las cinco”, lo lleva en una agenda electrónica todo apuntado. Dicen que en Misa lee las lecturas desde una tablet, el muy moderno, y que ha instalado pantallas de plasma por todo su templo para que ningún feligrés se pierda detalle de los oficios.
Sin hijos las tardes se hacen pesadas y tediosas desde que perdimos el escozor de lo desconocido y la rutina prendió en las faldillas de una mesa. Yo soy todavía medio joven, medio viejo, medio calvo, medio gordo, medio hombre; aunque ahora no hay raya entre una cosa y la otra y sería capaz -eso cuchichean dos vecinas sentadas al fondo de la sala que se creen que no las oigo- a echarme en brazos de otra mujer así pasen cuatro o cinco lunas. Hablan como los indios, en lunas, no sé porqué. Y en realidad yo también pienso que soy capaz de liarme con alguien y tal vez en menos lunas de las que pronostican.
Siento a mi pobre Virtudes tan ajena que me avergüenza no experimentar nada por ella: Ni dolor, ni amor, ni nostalgia, ni pena, ni... La gente dice que el luto va por dentro, que soy muy fuerte, que todo sale al cabo de unos días… pero estoy aburrido de soportar los trámites de la concurrencia, de dar las gracias, de sobar las manos sudorosas, de besuquear las mejillas con colorete de señoras oblongas que se arremolinan a mi paso y me aconsejan todo tipo de remedios.
A lo lejos una nube negra se cierne sobre mi horizonte –lo debo haber leído en algún sitio, porque yo soy de frases más lacónicas- y avanza terrorífica a mi encuentro. Es la soledad y sí, me amedrenta, a qué negarlo.
No lamento la inversión -¿qué son mil quinientos euros hoy en día?- Sólo me dijeron que adecentarían a mi pobre Virtudes y yo pensé que la peinarían y la maquillarían un poco para contrarrestar la palidez que conlleva morirse. Jamás se me ocurrió pensar lo que han sido capaces de hacerle. Pero a lo hecho pecho. Sobre todo pecho, porque no han tenido otra ocurrencia que insertarle unas prótesis mamarias después de muerta, talla 110, y colocarle una mortaja con descote de gogó para que luzca su canalillo post mortem. Así que los amigos míos, verdes como támaras, que no han rezado nunca, hacen como que oran delante de la caja y están plantados ante ella más de cinco minutos, dudando de su necrofilia. Porque en los labios y debajo de los ojos le han inyectado silicona low cost también, de la que dura veinticuatro horas y luego se disuelve y deja peor la cara de lo que estaba antes, pero que es ideal para esta tesitura donde el luego no importa demasiado.
Así no parece mi cónyuge en absoluto, más bien parece una réplica barata de Pamela Anderson mi pobre Virtudes.  Y ahora que la miro sé que se ha cumplido su deseo de verse más guapa, más femenina, aunque sea un poco tarde. Y ahora que la miro y veo los resultados, a pesar del rigor mortis, sólo pienso en lo imbécil que fui todos estos años por desanimarla.   
                                                                      FIN.

jueves, 24 de noviembre de 2016

PREMIO OROLA 2014




Acabo de ver el vídeo de la entrega de premios "OROLA" 2016 y me he topado con éste, correspondiente a la gala de entrega OROLA 2014 en la que tuve el inmenso honor de obtener el primer premio con mi vivencia 
"OCASIONES PARA ESTREMECERSE"

Deseo compartir las imágenes con todos vosotros y recordar a mis compañeras de viaje Mª José Toquero y Laura Cabedo, así como dedicárselo a mi mujer, Mª Isabel, y a mis amigos Marinela y Diego, que nos acompañaron en Madrid.




ACCÉSIT PREMIO DE RELATO EN ALMORADÍ

El relato "MI POBRE VIRTUDES" ha sido merecedor del accésit en este prestigioso certamen de relato. La entrega de premios es mañana viernes a las 8.30 de la tarde en el Centro Cultural de Almoradí, donde espero recibir el diploma y la dotación económica del mismo a lo largo del acto en el que leeremos los trabajos seleccionados por el Jurado, al que agradezco su decisión de distinguirme con este galardón que supone un espaldarazo para mi -incipiente todavía- prosa.
En próximas fechas subiré el texto a este blog.

miércoles, 23 de noviembre de 2016

PREMIO DE MICRORRELATO

Premio de microrrelato en San Pedro del Pinatar. La obra se titula "ADÚLTERA, PERO MENOS" y había que tratar los problemas de salud mental en positivo. espero que os guste.

ADÚLTERA, PERO MENOS

Casarme con Juanma, tras dos meses de noviazgo, fue un arrebato del que al principio me arrepentí muchísimo. En las primeras semanas experimenté todas las extravagancias y cambios repentinos que un cerebro privilegiado pueda imaginarse. Lo mismo lloraba sumido desesperadamente que al rato me cogía por la cintura y danzaba conmigo al ritmo de un vals maravilloso. Igual gritaba desaforado o no le salía la voz del cuerpo. No podía soportarlo porque no sabía a qué atenerme.
Ante la disyuntiva de dejarle o de intentar comprenderle, me decanté por esto último, pues en realidad estaba enamorada y decidí luchar por que lo nuestro funcionase. Conforme fui investigando su enfermedad, conocida como trastorno de personalidad disociativo, iba llegando más diáfanamente a la conclusión de que con él no cabía una vida rutinaria y monótona, al contrario: He llegado a descubrir hasta siete tipos viviendo dentro de él y he sido capaz de sacar lo mejor de cada uno de ellos. Con el trato diario sé anticiparme a sus personalidades y ya las reconozco segundos antes de que se manifiesten.

Es un precioso juego de seducción con el que disfruto de siete amantes distintos sin engañar a mi marido.

viernes, 18 de noviembre de 2016

PREMIO DE POESÍA EN ELDA-PETRER

Anoche telefónicamente y hoy por correo electrónico me han comunicado que he vuelto a ganar el certamen de poesía SACRA LEAL que organiza la Asociación CUENTAMONTES:

"Hola buenos días Esteban.
 Es un placer comunicarte que tu poema "El hombre del vitruvio" a juicio del jurado ha sido merecedor del Premio Sacra Leal de Poesía de Montaña y Naturaleza por lo que tu poema, como sabes, será publicado en el próximo libro Cuentamontes 2016.
 ¡¡¡Felicidades!!! esperamos haberte dado una alegría. El Premio Tolito ha recaído en el poema "El Guanche" de Julio Ferrer Béjar
El Premio Cuentamontes de poesía es para María Belén Mateos con el poema "Néctar de Tierra"
  
 Ahora te pedimos que nos envíes un breve currículum (No más de 250 palabras) y una fotografía, la fotografía te pedimos que nos la envíes cuanto antes para poder elaborar la noticia para la prensa y para nuestra web.  Ambas cosas encabezarán tu poema en el libro Cuentamontes 2016. 
  
 Más adelante te iremos informando de lugar, hora y fecha de la IX Gala Cuentamontes, será un placer volver a contar contigo
  
 Recibe nuestras felicitaciones de nuevo. Seguimos en contacto"

sábado, 22 de octubre de 2016

PRIMER PREMIO DE POESÍA CAFETÍN CROCHÉ

Encantadora velada la de anoche, con muchos nervios, en San Lorenzo de El Escorial para celebrar la entrega de premios de poesía organizados desde hace treinta y dos años por el precioso CAFETÍN CROCHÉ. Estuvimos tres de los cuatro premiados sin conocer hasta la lectura del acta el orden de los galardones obtenidos. Al final tuve suerte...
(Se lo dedico a mi compañera Lola Rodríguez Cárdenas, que se está recuperando de una intervención quirúrgica y es una de mis mejores lectoras) 














jueves, 11 de agosto de 2016

PREMIO DE POESÍA "GONZÁLEZ WARIS"


Mi poema "DELICATORIA" acaba de ser distinguido con el primer premio del certamen de poesía "GONZÁLEZ WARIS", según llamada recibida. 
Hay que ir a Santiago de Compostela a recogerlo en septiembre y el premio consiste en un cuadro del reconocido pintor Miguel Elías más la estancia en los encuentros poéticos a celebrar en septiembre en dicha ciudad.

viernes, 3 de junio de 2016

MICRORRELATO DE ABOGADOS RELATO GANADOR MES DE MAYO

    “Forever”, relato ganador del Concurso en el mes de mayo

    Esteban Torres Sagra, de Úbeda (Jaén) ha sido el ganador del mes de mayo de la VIII edición del Concurso de Microrrelatos de Abogados, organizado por el Consejo General de la Abogacía Española y la Mutualidad de la Abogacía, con su relato “Forever”, premiado con 500 euros.
    Esteban, de 51 años, que lleva participando en el concurso desde hace ya siete años, estudió Magisterio, pero preparó las oposiciones para acceder a una plaza de funcionario en el Servicio Público de Empleo de Jaén, donde trabaja como subdirector de Gestión económica y servicios.
    El autor no tiene relación alguna con el mundo jurídico y supo de la existencia del concurso de microrrelatos sobre abogados a través de las redes sociales. Además manda el relato siempre los primeros días, algo que supone un reto mes a mes para él. Este jienense es un gran aficionado a la escritura y prueba de ello es la larga lista de premios que ha obtenido en concursos de poesía y relato de toda España. En su blog, http://estebantorressagra.blogspot.com.es/ , podemos encontrar algunos poemas y relatos, así como todos los premios y menciones otorgados.
    Al autor del relato las cinco palabras obligatorias le dieron la clave para “urdir la trama”, apuntó al recibir la noticia. “De hecho, conseguí terminar una historia que me imaginé hace tiempo y que no me atrevía a resolver”, matizó el jienense. Así quiso dar un giro inesperado al concepto tradicional de un contrato con este relato.
    El jurado del concurso ha elegido esta pieza entre más de 500 historias recibidas en el mes de mayo, en el que el ganador del público ha sido “Defensa cuestionable”, de Juan Antonio Pérez Morala, de Madrid.
    “Forever” pasa a la final del concurso, junto con los otros 9 relatos finalistas mensuales y los dos más votados por el público, en la que el ganador obtendrá un premio adicional de 3.000 euros.
    El relato premiado y otros seleccionados por el jurado de entre los recibidos en el mes de mayo pueden leerse en www.abogacia.es, dentro del microsite dedicado a este concurso. En este mes de junio, las palabras obligatorias son refugiado, campo, mar, alambrada y abogado.

    VIII Concurso de Microrrelatos sobre Abogados

    GANADOR DEL MES

    Avatar ImageFOREVER

    ESTEBAN TORRES SAGRA 
    Tenía que formalizar urgentemente un contrato como fuera para salvar el curso. Agobiado y sin ideas, decidí salir a ligar por los bares de la zona. Al minuto de conocerla y antes de perderme en sus ojos color trigo, concebí el trabajo: Como nadie estableció el objeto contractual, ¡redactaría un pacto con ella para vernos!. ¿Las condiciones? A tiempo parcial. De viernes a sábado. De veinte a veintitrés. Bla, bla, bla. Lo más genérico posible. Con cláusula de renuncia y contraprestaciones. Si conseguía su asentimiento por escrito podría sacar sobresaliente. A ella le pareció graciosa la ocurrencia y firmó. Aprobé con buena nota la asignatura como aprendiz de abogado, es cierto, pero aquel papelucho significó mucho más que una simple práctica jurídica cuando, cuatro años después, le borramos de mutuo acuerdo la fecha fin delante de un altar e incluimos un pago en especie que se llamó Laurita.

    miércoles, 25 de mayo de 2016

    PRIMER PREMIO DE POESÍA EUCARÍSTICA EN LUGO

    Certame_poesía
    El próximo sábado 28/05/2016 es la entrega de premios en Lugo.
    El acta del Jurado está en gallego, pero creo que se entiende perfectamente:

    O fallo do xurado do II Certame de Poesía Eucarística organizado polo Centro Eucarístico Lucense (LEC) é o seguinte:
    A) Categoría adultos (maiores de 18 anos)
    1º Premio: 600 € e a publicación da obra ao conxunto de poemas “Amor a ultranza” de D. Esteban Torres Sagra. (Úbeda, Jaén)
    2º Premio: 350 € e a publicación da obra, ao poema “Cómo ser pan” de Dña. Mª Consuelo García (Lugo)
    B) Categoría xuvenil (ata 18 anos)
    1º Premio: 350 € en material escolar e a publicación da obra ao poema “Recuerdo del más puro amor” de Ignacio Felpeto Criado. (Lugo)
    2º Premio: 250 € en material escolar e a publicación da obra ao poema “Tu corazón me mira” de Tomás Córdoba Maginzali. (Lugo)
    C) Categoría infantil (ata 15 anos)
    1º Premio: 350 € en material escolar e a publicación da obra ao poema “Cada día en la comunión” de Daniel Varela García. (Taboada, Lugo)
    2º Premio: 250 € en material escolar e a publicación da obra ao poema “Comuñón” de Rebeca Roca Cruz. (Lugo)
    A Eucaristía converteuse unha vez máis na protagonista de miles de versos que chegaron desde diversos lugares de España. O xurado destaca nesta convocatoria a cantidade e calidade dos poemas recibidos. E celebra a gran participación na nova categoría infantil, agradecendo a pais e profesores a súa enorme colaboración.
    A entrega de premios será o 28 de maio ás 12:30h no Seminario.


    AMOR A ULTRANZA          (FRAGMENTO)


    4

    Cuesta abajo moléculas de vino,
    moléculas de vino linde arriba
    consagran en las llagas el divino
    fermento de tu sangre redentora;
    ígnea fuente de viña derramada
    en alianza de siglos convertida,
    por el amor humano intercesora,
    y luego en alimento trasmutada
    que limpia de pecado nuestro sino.

    Carne amada en memoria de su cuerpo,
    recental de vida, salmodia blanca,
    umbral de Dios bajo un portal abierto
    donde la harina borra el desatino.

    Don de la Gracia convertido en zumo,
    divino Verbo donde el Verbo enjuga
    con su fresca escorrentía generosa
    la sed que las flaquezas acumulan
    sobre los arrecifes del espíritu,
    porque el vino transmuta en Sacramento
    si se bebe en las venas del Amado
    y emborracha del líquido más puro:

    Ebriedad de un amor que ha perdonado
    nuestra culpa a través del sacrificio
    de su sangre, bendita en el Misterio,
    tinta con la que firma el armisticio
    con los hombres el Dios crucificado.
     

    sábado, 23 de abril de 2016

    SEGUNDO PREMIO DE RELATO EN ÉCIJA

    Foto con todos los premiados en las distinta categorías. 
    Un enorme placer haber conocido personalmente a Juan Carlos Pérez López. 

    Salón de actos repleto y coloquio final con alumnos del IES Nicolás Copérnico. Luego cena informal y charla distendida con los profesores del IES. Además el evento nos ha permitido reactivar una amistad que nunca se resiente por el paso del tiempo y conocer más a fondo la ciudad. Merece -y mucho- la pena visitar Écija.

    El relato premiado se titula "NOTTHINGAN PRISA" y lo copio a continuación con el deseo de que alguien disfrute con su lectura:
    NOTTINGHAN PRISA 

    Marimar se retrasa. Como siempre, llega tarde: Es una costumbre de la que se jacta y con la que me humilla. A veces me la imagino llegando a tiempo al Nottinghan Prisa y perezoseando en los aledaños con tal de incurrir en la tardanza, con tal de socavar mi paciencia, como si estuviera haciéndome una prueba infinita de lealtad o de amor que pudiera medirse en unidades de espera. Quedamos a eso de las ocho, que quiere decir en román paladino “aesodelasocho”, concediendo esos quince minutos de cortesía que aconseja el protocolo y la experiencia. Sin embargo dan las nueve cuando suele presentarse, como si entendiera que habíamos quedado a “eso de las nueve”, o ella viviera en Zaragoza y yo en Arrecife y nos separara un huso, mil instantes, medio océano. No obstante, como cada moneda tiene dos caras y no hay mal que por bien no venga, asumo su defecto con total simpatía, casi con alborozo, hasta para escribir que si alguna vez la puntualidad adornara sus otros encantos creo que dejaría de salir con ella, porque mientras llega amenizo su demora tomando algo a mis anchas.

    La rutina es eficiente y otorga a los sentidos una confianza difícil de explicar, una familiaridad íntima que serena los karmas o los ahuyenta, que atrae la armonía del universo a la barra de un bar, o aleja de nuestro espíritu las inquietudes en su sentido más peyorativo. Así, como todo me gusta, como cada bocado está como está, en cuanto llego y me aposento en la banqueta del Nottinghan, pido una tapa de cebollita y queso con una cerveza en su punto y empiezo a entrar en el mundo de los olores y de las sensaciones únicas, pues todos mis sentidos se colapsan y participan del miniágape. Charlo con el dueño, que aunque sé que es el dueño por la asiduidad de mis visitas, desconozco su nombre. Le pregunto el origen de las fotografías expuestas en las paredes y en las vitrinas y él se recrea en la suerte y entierra en mi imaginación semillas de historias y anécdotas que guardaba en un vivero inagotable. Otras veces yo solito las supongo y juego a adivinar el cómo y el cuándo de alguna reliquia, de algún sifón con cien años, o una botella de vino de cinco litros con denominación de origen, o una fotografía dedicada de Manolete no se sabe muy bien a quién, ni dónde.

    Hago un gesto como si pujara en una subasta surrealista y al instante acaricio la espuma de otra caña, esta vez con la compañía de una patata rellena de atún y huevo. Prosigo mis entelequias. Organizo mis miedos. Disfruto las esencias y paladeo la comida con la fruición de un sibarita que colma sus expectativas. Pronto me paso al vino, cualquier vino enjundioso para mejor degustar una tapa mudéjar. Cuando uno pasa de la cerveza al vino algo ocurre en sus adentros, las células se olvidan sus citoplasmas, las fantasías cambian de registro, las conversaciones adquieren tonalidades litúrgicas y un abandono comedido de los sinsabores mundanos deja su hueco a los placeres minimalistas.

    Otro ritmo se impone cuando llevo veinte minutos de espera y tres o cuatro vasos de esencia tinta. Me hablan mis fantasmas, que quieren apurar mi copa y relamer mi plato. Me dejo ir por los meandros en una balsa de roble. Así debe el éxtasis describirse cuando empieza en la garganta a aflorar sus principios, su experiencia mística. Al cabo solicito otro caldo y su compaña, una albardilla, cuyo mérito radica en aunar los puerros con el queso en matrimonio de conveniencia.

    Tengo edad suficiente para discernir las bondades de un sistema y por ende sus deficiencias, así, mirando atrás, sopeso leyes y tradiciones que sobrevienen o desaparecen, que se ponen de moda o decaen sin estrépito en los cauces sociales. Valoro las cosas que nunca debieron abolirse y detesto las que tardaron demasiado en hacerlo. Sin embargo, a lo mejor me faltan algunos lustros todavía para llegar al pleno discernimiento y al apogeo de mi sabiduría, y arrastro una encrucijada que no permite decantarme sobre las grandes preguntas. Sobre lo que sí me pronuncio es sobre lo bueno que está el queso que ponen en el Nottingham, a pesar de que cuando vine, a eso de las ocho, casi no tenía hambre.

    Este caldo es gasolina para el alma, qué matices, qué conjunción en boca, qué lágrima en el vidrio… qué pronto se acaba. Elevo el índice hacia el camarero como si fuese a preguntar al preparador de oposiciones y sólo necesito decir “otra ronda”, aunque el tono de mi voz me traiciona y casi me avergüenzo de su timbre como una soprano que ganguea en mitad de un aria. Dejo al albedrío del camarero la toma de muestras y adivino, cuando se acerca, un revuelto de bacalao que quita el hipo. Hago recuento de platillos para calcular las consumiciones.

    Iba a decir que Marimar es pequeña, peluda, suave, tan blanda por fuera que se diría toda de algodón, que no tiene huesos, porque soy de Hispánicas de toda la vida y el de Moguer es para mí lo que Willy Wilder para Fernando Trueba, pero lo de peluda y la comparación con Platero no es un culmen del romanticismo precisamente y ella tal vez, de Ciencias puras, a lo mejor lo malinterpreta y no entiende el homenaje. Es pizpireta y graciosa, equilibrada y femenina y está en ese punto dorado entre la pubertad y la adolescencia, entre la insinuación y la sensualidad. No sé cuándo las niñas comienzan a ser mujeres, cuándo las mujeres dejan de ser niñas. No debe haber una frontera exacta entre ambos conceptos, porque el cuerpo, su desarrollo, sólo representa un síntoma, un paso más en el largo camino de la madurez. Hay niñas ostensiblemente voluptuosas: caderas desarrolladas, senos volumétricos, rasgos a los que el maquillaje otorga verbo suficiente y ademanes definitivos para afrontar tragedias. Hay mozas, al contrario, cuyos gestos se esconden en el perfil de una infanta, con cuerpos que no disparan mínimos deseos y pieles de durazno, mujeres que se esconden en una anatomía balbuciente. Por eso no se distinguen a simple vista y resulta tan complicado decidir si la vanidad de sus miradas es genuina o impostada, si sus coqueteos son un juego o una profesión de futuro, si acostarse con ellas es fruto de la seducción o hasta puede considerarse pederastia... Cuando estoy profundo estoy profundo y Marymar ni siquiera pertenece a ninguna de las definiciones anteriores: Es especial.

    El reloj marca las horas pero sin gafas no veo el ángulo que forman sus manecillas, porque es un reloj sin números, muy de diseño, pero sin números y sin oscuridad, quiero decir sin luminiscencia para la luz, no, para la luz no, para la oscuridad. Yo solo me río de mi ocurrencia y acabo comprobando que son “menos cuarto” en la pared del reloj del Nottinghan, bueno en el reloj de la pared, quise decir. Casi mejor pido la cuenta y espero a Marimar en la calle, que será bueno que me dé el aire en las heridas del alma ¡Jesús, qué bonito! aunque yo creo que eso ya está escrito por San Juan de la Cruz o por Santa Teresa o por San Miguel… ¡hombre! ahora lo que me apetece es otra cerveza, una cañita con cerdito, el cerdito y la cañita hacen una buena parejita, digo en voz baja y la rima me produce una carcajada sonora e infantil que hace que me miren los clientes.

    Al rato llega mi novia, preciosa, y cuando se acerca a mí se lo digo con énfasis: ¡Guaaaapa!, y he ido a besarla en los labios como saludo de bienvenida y símbolo de que no le guardo rencor por sus demoras, pero resulta que no es ella y la moza me responde un impoprerio, un propimperio, bueno que me llama imbécil y pasa de largo. Quisiera ir al servicio a refrescarme un poco porque me estoy poniendo espeso, pero no encuentro el taburete para poder bajarme e ir al piscolabis, que no sé si será sinónimo de retrato, digo de retrete, y no encuentro el taburete, -cuando me salen las rimas….- debajo de mí porque resulta que hace un rato que estoy de pie, de pie al lado del taburete justo desde que he piropeado a la muchacha, que es clavada a mi Marimar, ¡le va a hacer una gracia cuando se lo cuente!.  

    Decido ahogar mi ridículo con otro vino, esta vez con pollo al curry, y para ahogar algo, no sé porqué será, la mejor manera es aligerar la ingesta, por lo que casi antes de que me la sirvan insto: - ¡Chssst, camadedo, ponme otra donda, ésta con ensalarusilla!- hallazgo de vocabulario o neologismo que no hace mucha mella en el camarero. Entonces suena un móvil cerca de mí con la música más hortera que recuerdo y a los dos minutos o así noto que la concurrencia, que a esta hora ya es notable, me clava la mirada sin demasiado disimulo y sin venir a cuento, hasta que alguien me hace el gesto de llevarse la mano a la oreja insistentemente, como si el móvil fuera mío…que lo es, y entonces me acuerdo del cabr… de mi sobrinillo que ha estado jugando a los marcianos y me ha debido cambiar la melodía. Debe ser Marimar, que no encuentra aparcamiento, porque miro el pared de la reloj y señala unas insultantes nueve y veinte para mi ego impaciente. Descuelgo con un ¡dime, cariño!, que debe sonar a exceso de confianza a la operadora, quien al otro lado de la línea me ofrece el plan ballena veinticuatro por dos, y comienza a describir sus bondades dirigiéndose a mí como señor Francisco en todo momento, incluso cuando sigo llamándola Marimar y le recrimino su tardanza, pues entre su acento caribeño, el ruido del bar y mi sordera incipiente he atribuido su voz a la de mi novia, un tanto confuso por su trato frío y lo de señor Francisco, máxime cuando ella siempre me llama Paquito. Por fin descubro la suplantación de la identidad y le digo que bueno, que me apunte al plan veintidós ballenas por cuatro, aunque no tengo ni pajolera idea de lo que significa, pero que de ninguna manera pienso contestar al test de calidad que culmina la conferencia. “Conferencia” otro término en desuso que acabo de rescatar en esta tarde noche gloriosa para la lírica. Cuelgo y le cuento mi confusión a un señor que está a mi derecha acompañado de su madre, tomando unas raciones de “cocretas” y papas con mojo, lo que pasa es que el señor no está demasiado interesado en mis civisitudes, tisivizudes, visitucides o como se diga, en fin, que casi prefiero contárselo a su madre, una madre siempre es más comprensiva, aunque la señora casi se atraganta con una papa cuando me he dirigido a ella­: ¡Señora, su hijo no me entiende…! Han pedido la cuenta sin terminar las consumiciones y se han despedido un tanto groseramente, sobre todo el hijo con un “¡No es mi madre, idiota, es mi esposa!”, a lo que yo he añadido “pues ustedes disculpen por la suposición, pero ella aparenta por lo menos veinte años más que usted…”  

    Mientras pido otro tinto y su correspondiente montadito de jamón, busco en la agenda del teléfono el número de Marimar, porque ya me está preocupando, cuando el relod de parej alcanza las y media. Las cinco primeras llamadas se agotan sin que nadie descuelgue, por lo que mi desasosiego se incrementa. Compruebo la cobertura, la batería del instrumento y el nombre de mi chica, pero no hay error en ninguno de los tres elementos y sigue sin haber nadie al otro lado de mi fantasía. Pienso en algún accidente de tráfico y me imagino a Marimar inconsciente, tirada en la acera, y mi congoja supera el límite de la serenidad. Comienzo a llorar aferrado al aparato hasta que se acaba el tono de la décima llamada con resultado idéntico al de sus hermanas mayores. Entonces el dueño, que sigo sin saber cómo se llama a pesar de mi asiduidad y de su trato, con voz queda, me cita en un aparte y me dice: ¡Venga, Paco, te llamo un taxi y vete para casita, ¿es que no lo vas a superar nunca? Desde que te dejó Marimar, todas las noches haces lo mismo!
    A lo que yo le respondo lo buena persona que es y que, aunque no sepa su nombre, es mi mejor amigo con diferencia, lo abrazo y le doy dos besos –uno por mejilla- y le comento que algún día, no muy lejano, lo voy a conseguir…voy a conseguir terminar el circuito, probar todas las tapas del cartel: Hoy sólo me han faltado “la tontilla de bamgas” y las “cocletas”.


    Fin