Estampa de
matrimonio.
I
Matriarcado de
voces que se alzan en penachos
sobre el río
imaginario de la igualdad genuina.
Hembras ateridas,
rudos pechos de tierra, cofias sin pulir;
nervaduras, nudos
de coraje y aspirina,
mujeres sin
rodillas de tanto felar al miedo en su despacho.
Sólido refugio en
la ensenada para el hijo.
Dársena para la
luz morada de los cardenales.
Matrices del
aliento por inercia.
II
Tus labios marcan
una aduana cósmica en sus labios
que inspira y que
señala el condominio de su cuerpo.
Navegas por un
mar bien dibujado en cuadernos de bitácora;
con precisión
geométrica sorteas las dorsales;
conoces todos los
refugios de las olas en su estuche.
En cada mirada te
incorpora pidiendo tu anuencia;
en todos sus
gestos reivindica un gesto tuyo que respalde...
hablas por tu
boca las palabras que ella piensa.
La mimas, la
traes y la llevas a tus compromisos sociales
según te
conviene.
La acompañas y la
exculpas, la distraes...
La humillas y la
ignoras. La posees.
La dominas. La
borras. La
suplantas.
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