IGLESIA DE SAN PABLO DE ÚBEDA

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Iglesia de San Pablo (ÚBEDA)

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martes, 10 de mayo de 2022

PRIMER PREMIO DE POESÍA EN SEGURA DE LA SIERRA


 Mi poema "NANAS DE GUIOMAR" ha obtenido el primer premio del certamen "Jorge Manrique" de Segura de la Sierra.

NANAS DE GUIOMAR  

 

 

Mira Luna, 

desde Segura y su Sierra

don Jorge ensarta los versos

con el filo de su pluma

mientras los tibios resoles

cuando atardece en Segura

se acicalan de aceituna

y apagan sus arreboles

para que el niño se duerma.

 

Mira Luna,

nuestras vidas son los ríos

y nuestras manos los juncos

que sustentan en la orilla

amores y desvaríos,

amor cuando estamos juntos

y cuando duermen locura

si vienen las pesadillas

a la vera de la cuna 

a importunar sus asuntos.

 

Mira Luna, 

si decoras el paisaje

de los campos segureños

con nácar de tus adobos,

y deshaces las escarchas,

y blindas el caserío

donde crecen mis retoños

para que los venza el sueño

arrullados por el río,

dispondré un collar de plata 

en la Torre de Homenaje

y una pandereta blanca

para que te hagas espejos.

 

Mira Luna,

si apaciguas los caballos

y silencias sus relinchos

en el sopor de las cuadras,

si acaricias los collados

que circundan el Castillo

y ahuyentas sus alimañas,

te daré flores de mayo

para que te hagas vestidos

con su terciopelo blanco. 

 

 

Mira Luna,

arría nuestro estandarte

en la cumbre de los cerros,

hilado de seda pura,

que cuando entreabran los ojos

los querubines que velo,

no quiero que sus brocados,

encendidos de plata y oro,

les impidan admirarte

en tu redonda hermosura.

 

Mira Luna,

los pajarillos del campo

sujetan entre sus picos

los tallos de enredadera

y los posan en mi mano

para que yo le haga un nido

a mi jilguero y se duerma.

 

Mira Luna,

y al padre de estas criaturas

protégelo en la batalla,

porque en Segura yo sola

moriría de amargura,

incomprendida en la alcoba,

si sus coplas me faltaran.


Mira Luna,

ordena a los luceritos

que juegan sobre tu falda 

a esta hora con sus destellos,

que apaguen sus resplandores,

pues mis niños se desvelan

con tantos fulgores gualdas

y despilfarran el sueño.

 

Mira Luna,

haz a doña Luisa Manrique,

la del color de la miel, 

comendadora de hiniestas,

que alguna grácil alondra

derrame sobre sus ojos

celosías de ataurique

y estrellitas de papel,

para que aguante la siesta 

y se cumplan sus antojos

hasta que venga la Aurora

y se la lleve de fiesta.

 

Mira Luna,

y que a don Luis, en los párpados,

se le pare una cigüeña,

portadora de presagios,

que deje la noche en prenda

y que mañana regrese,

cuando mi niño despierte,

a recoger las tinieblas.

                        

 

FIN

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