IGLESIA DE SAN PABLO DE ÚBEDA

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Iglesia de San Pablo (ÚBEDA)

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domingo, 5 de agosto de 2018

PREMIO DE POESÍA EN BOCA DE HUÉRGANO

Mi poema "TRÓPICO DE CÁNCER", que más abajo reproduzco, ha sido merecedor del segundo premio de poesía organizado por el Ayuntamiento de Boca de Huérgano (León). 
He tenido la fortuna de conocer a don José María Rodríguez, ganador del primer premio, y a su esposa, Marichu. Detalles como este inicio de amistad hacen inolvidables algunos actos de entrega de premio, aunque no siempre se prodigan.  
Trópico de Cáncer 
I
 

A mi duermevela le crecen juncos
en esta habitación con vistas a un aparcamiento.
Y una pleamar de electrones en cada uno de mis párpados
intenta comerse sus manzanas podridas
cada vez que espanto a los mirlos de tus sienes.
Un abalorio hecho con gomas y puntos suspensivos
-negros, como tus pupilas-
se relevan en el arte de estirar tu sonrisa por el páramo.
Se oye un tranvía sin bautizar por los alféizares de mi agonía
y unas manos que lo frenan,
y un chillido de gaviotas sin cabeza en la estación de la fiebre.

Yo te observo como a un paisaje hecho para mi disfrute
en esta sala sin cortinas, sin espejos;
desde un reportaje filmado con luz artificial
sobre el interior de tu escote minúsculo
por algún ganglio centinela que se duerme
en los aledaños de tu axila.

Yo miro con mi ojo pirata a medio abrir y lo vigilo todo.
No me fío de los escáneres. No me fío del éter.
Inspiro cada átomo de aire antes que tú lo respires.
Antes que tú alecciono las vías en mis brazos
para enseñar a las agujas lo delicados
que pueden llegar a ser tus capilares.


II

Espero que te roce con su aura un ángel color púrpura,
y que te unja con su aliento de espíritu invencible,
capaz de enmendar los presagios agoreros
que se escriben a lápiz en los márgenes de un síntoma
y enturbian tu mirada desde el último análisis.

Deseo que el plasma enderece su rumbo en los mapas celulares
y salve el arrecife que se avista desde el ático,
que se quede vacío el aparcamiento que veo desde la ventana
y que la evidencia clara deje de ser una clarividencia
a los ojos prosaicos de los hermeneutas
que manejan las coordenadas de cada imponderable.

Mientras tanto, mi desvelo se traduce en la templanza
que reflejan estos versos para gastar el insomnio
con su tiza de colores delicados,
en esta desazón que me quema el intestino
y me hace llorar con la impotencia del marinero
al que el mar vuelca su barco en lontananza.

No quiero oír más esa palabra masculina que me suena a trópico
seguida por el nombre de una parte de tu cuerpo tan precisa,
pignorar mi miedo en los mercados de la resignación,
desentrañar los tecnicismos que le sirven de cohorte
a ese protocolo inclemente que arrea su caballo
por hipódromos empapelados con lienzos de radiografías.

Esta madrugada huelo el zumo de los astros vertido en los arrabales
e interrogo al infinito sobre la probabilidad de las margaritas
cuando les preguntas idioteces.

Adjudico a cada estrella la ley del albedrío
y lo apuesto todo al número de tu carnet
sobre la mesa del quirófano,
y grito por qué algunas mitocondrias
desobedecen las reglas grabadas a fuego en los genes
y te llevan en volandas por la senda del cansancio.
Y quiero ponerle al miedo todos los nombres que suscita,
ponerle un candado en cada página, un menhir
para que no levante nunca su vuelo atroz estando tú presente.

Clavo interjecciones a todos sus sinónimos
como alfileres a las mariposas que coleccionaba;
corto sus huidas,
le impido los atajos con caricias templadas,
aviso a los trapecistas del rescate
para que te extraigan diligentes de cada sobredosis,
azuzo los mecanismos de la espera
para que jueguen con nosotros a las siemprevivas
y levanto una coraza de sonrisas meridianas
cada vez que una mueca dibuja un croquis en tus labios quebradizos.

Juro acelerar el tiempo de la lucha y de la entrega
cuando la victoria signifique un nacimiento eterno,
otro nacimiento que nos haga querernos con más ímpetu, mejores,
sin treguas, sin rutinas ni menudencias que lo mengüen nunca.

Prometo comprarte, comprarme, comprarnos
unas alas nuevas para remontar juntos el vuelo

en cuanto salgamos triunfales de la última terapia.
 







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