Bienvenidos a mi blog. Si os gusta la literatura, en él podéis encontrar algunos poemas y relatos y contactar conmigo. Responderé sugerencias y comentarios en eettss@gmail.com.
domingo, 27 de diciembre de 2020
BALANCE DE 2020
sábado, 7 de noviembre de 2020
LECTURA DE MICRORRELATO SOBRE VIOLENCIA DE GÉNERO
Mi microrrelato
"LA INSOPORTABLE LEVEDAD DE NO SER"
resultó finalista el pasado verano del certamen J.M. Peláez.
Ahora, con motivo del día contra la violencia machista, lo han subido a youtube leído por una componente de la COMUNIDAD RÍO BODIÓN y he pensado que sería bueno compartirlo con vosotros.
Espero que os guste.
https://www.youtube.com/embed/FFeaEYxlRp0
SEGUNDO PREMIO DE RELATO EN ALHAMA DE MURCIA
´Festín para caníbales´ de Juan Carlos Fernández gana el XVII Certamen de Relato Breve Alfonso Martínez-Mena
miércoles, 28 de octubre de 2020
ACCÉSIT EN PEÑARANDA DE BRACAMONTE
El presidente de la Hermandad de Cofradías de Peñaranda, Moisés Pérez, ha dado a conocer este miércoles los ganadoresdel XXVII Premio Nacional de Poesía, cuyo fallo se vio aplazado debido a la llegada de la pandemia el pasado mes de marzo.
PRIMER PREMIO DE EPITAFIOS EN MONTURQUE (CÓRDOBA)
· Esteban Torres, David Acereda y Zayra Abascal, premios del IV Concurso de Epitafios de MonturqueVOLVEMOS A SER UNO.
Entre la tierra que fui y la ceniza que soy ocurrieron muchas cosas: pinté de color pétalos de rosas; la conocí, la amé, os concebimos… Os mostré el mundo lo mejor que supe al lado siempre de mi compañera y un día la enterré en este barbecho oscuro. Cuando llega la hora de unirme a ella os dejo capaces de valeros por sí solos. En paz me voy: volvemos a ser uno. El Ayuntamiento de Monturque (Córdoba) acaba de publicar el fallo de su IV Concurso de Epitafios, emitido por el jurado a mediodía de hoy, como preveían las bases. Este certamen se organiza con motivo de las XII Jornadas Mundamortis que se desarrollan en esta localidad, poseedora de uno de los cementerios más bellos de España, ubicado sobre una cisternas de la época romana y declarado Bien de Interés Cultural. ACTA DE LA REUNIÓN DEL JURADO DEL IV CONCURSO DE EPITAFIOS En Monturque, provincia de Córdoba, a 28 de octubre de 2020, siendo las 11:00 horas, se reúnen en el Ayuntamiento de Monturque, previamente citadas en tiempo y forma, personas relacionadas e interesadas en el fomento y desarrollo de la cultura, en relación con la convocatoria del IV Concurso de Epitafios, para elegir a los tres ganadores del concurso. Se ha configurado un jurado formado por los Técnicos responsables y Concejales de las Áreas de Juventud, Cultura, Deportes y Turismo del Ayuntamiento de Monturque y de la Mancomunidad de la Campiña Sur Cordobesa, para la valoración de los setenta y tres epitafios que han sido recibidos en plazo. Ejerciendo como Secretaria, Dña. Lourdes Zamora Aguilera, Técnico de Turismo de la Mancomunidad de la Campiña Sur. Se hace constar lo siguiente: El número total de admitidos fue de 72. El jurado aportó su criterio acerca de cada uno de ellos, llevándose a cabo un interesante debate, resultando del mismo un total de 3 Epitafios ganadores: - Tercer Premio para el Epitafio de Dña. Zayra Abascal Múgica (Santa Cruz de Bezana, Cantabria). - Segundo Premio para el Epitafio de D. David Acereda Pérez (Torrelavega, Cantabria). - Primer Premio para el Epitafio de D. Esteban Torres Sagra (Úbeda, Jaén). Y no habiendo más asuntos que tratar se da por concluida la reunión, siendo las 13:00 horas, extendiéndose la presenta acta en el lugar y fecha indicados, firmando de conformidad el Concejal de Juventud, Cultura y Turismo. (28/10/20) |
miércoles, 30 de septiembre de 2020
PREMIO DE MICRORRELATO
Ganadores del concurso Microrrelatos Contra el Desperdicio
AECOC lanzó el pasado mes de julio la VI Lluvia de Ideas AECOC contra el Desperdicio Alimentario, el conocido concurso anual enmarcado en su campaña ‘La alimentación no tiene desperdicio’ y patrocinado por Carrefour que anima a los consumidores a exprimir su creatividad para poner en relieve el valor de los alimentos y el rechazo a su desaprovechamiento. El concurso de este año ha recopilado más de 500 microrrelatos contra el desperdicio alimentario de un máximo de 150 palabras. Participantes de todo el país han sacado su espíritu literario y creativo para contar grandes historias en pocas palabras.
Hoy, en el 8º Punto de Encuentro Contra el Desperdicio Alimentario, el Jurado ha elegido el microrrelato ganador y el segundo clasificado, llevándose como premio un cheque regalo Carrefour valorado en 500€ y 250€ respectivamente. Estos son los microrrelatos ganadores. ¡Enhorabuena!
- «La nochebuena del solsticio», por Esteban Torres (Microrrelato ganador)
Mamá, con ese discurso convincente que la caracteriza desde que nació, ha logrado involucrarnos a todos en su idea de celebrar la Navidad el 23 de junio. “La nochebuena del solsticio” -dice. ¿Sus motivos? Muchos y variopintos: que si hay que innovar, que las tradiciones familiares comienzan así, que en realidad no queda demostrado que Jesús naciera en diciembre, etc. Magnífico el pavo y los aperitivos que lo han antecedido. Y luego los turrones y las peladillas para rematar la calurosa velada. Pero a mí, que no se me escapa detalle de su proceder y llevo un rato dándole vueltas a esta ocurrencia suya, se me ha ocurrido ir a la cocina y rebuscar en la basura. Así he descubierto su verdadera razón para adelantar las navidades: el turrón caducaba a finales del mes y ella, desde que la conozco, siempre ha sido incapaz de desperdiciar nada.
- «Sin tallas no hay paraíso», por David García (segundo clasificado)
Era muy elegante, vestía muy raro, piel oscura y mirada limpia. Si hubiera sido mayor hubiera pensado en la reina de algún lejano país. Entró al restaurante se sentó y pidió amablemente. Nadie la entendió. Llamamos al cocinero. -“Quiere una 18 de estofado de carne y una 4 de cerveza”. Fruncimos los ceños extrañados. “La princesa” sonreía. Terminamos comprendiendo que se refería a las tallas de la comida y bebida. Le explicamos que no conocíamos restaurante ni lugar alguno con tallas de comida. Reflexionó y gravemente preguntó cuántas personas habitaban España. Incrédulos sus ojos refulgieron y pude ver en ellos como en un cine; bosques inmensos plagados de animales, ríos de agua cristalina, miles de pájaros en el cielo. Finalmente atravesó su mirada lo que había visto hasta llegar al restaurante: cemento, humo, gente estresada, miradas ausentes. Lo comprendió todo, su mirada entristeció. Sus ojos brillaban. Yo también comprendí.
viernes, 11 de septiembre de 2020
SENDOS SEGUNDOS PREMIOS DE RELATO Y DE POESÍA UNIVERSIDAD DE JAÉN
EL DÍA QUE MURIÓ B.B.
Para esto has quedado,
para cobijar la duda eterna
en un retrato a carboncillo;
para que te llame andrógina
al esbozar tu semblanza
cualquier periodista;
para certificar que la crónica
no se puede reducir estrictamente
a un conjunto de quistes y biopsias,
a un átomo de pírrica esperanza
que establece su hábitat en lo profundo
y que al final sucumbe, como un árbol,
con palabras sin matices
en el confín de una entelequia,
en la lectura prohibida
de unos dedos sin voltaje.
O sobre la pleura,
a lo mejor sobre tu pleura
instala el invierno sus branquias milenarias
y por ellas te sangra la brisa muerta,
la brisa fósil que se cuela,
insoportable y furtiva,
como un narval esquizofrénico,
entre las últimas sacudidas
de tus labios promiscuos.
Para amar sin cimientos,
para eso has quedado.
Para amar sin perlas de detergente
debajo de tu lengua mesetaria,
por si acaso la mentira no se borra,
por si acaso te produjera sonrojos la ira
o sembrase pústulas de grasa, o caries, o hematíes,
allí donde no llega
la anatomía de un hombre.
Para curar las palabras heridas
que bombardean tu entusiasmo
cuando nadie examina entre tus piernas
los ganglios del amanecer.
Para esto, para escribir que el Gólgota
está en cualquier sitio donde mires
y que los mecánicos te llaman
todos los domingos por teléfono
desde un taller inexistente
para susurrarte obscenidades
que sólo dicen los mecánicos.
Para aprender el oficio de las musas
y cómo ser ambiciosa sin desagradar,
cuando suena el clarín del último disparo
en tus oídos rampantes,
en tus párpados de brea,
ágil para algunas conjeturas
en las que está bien visto
el desnudo integral de Campanilla,
tu alter ego desde siempre.
Para glosar la mímesis de los camaleones
y escribir que los dálmatas
han desaparecido de repente
en los cuentos infantiles.
Tú, que nada entiendes de agonías,
ni de memorias de pájaros,
describes, no obstante,
el tiempo sin palabras por megafonía
y exhortas verdades absolutas
al lobo que caza por tu pecho,
porque ya nadie sabe dónde se oculta
el cánido salvaje de la muerte
con la certeza antigua de los rabadanes.
Eres la que nunca se equivoca
contando los racimos del futuro
y eso que dejaste muy temprano
de estudiar las cábalas
donde macera la inquietud
sus hormonas viscerales.
Bebes agua como si fuese viento
e incorporas la lluvia a tu festín
de hipotenusas que se secan.
Por eso lloras cuando nadie está pendiente
y deseas que el musgo agarre
en las cordilleras de tus muslos infinitos
para olvidarte de regarlas.
Te sientes violada en el lecho de las nubes,
engañada por la vida y sus promesas fáciles,
sola en el sofá,
instalando en tus manos
la penúltima versión del sinsentido,
a horcajadas del tiempo, a horcajadas...
recontando los anillos de los dioses,
esperando que escampe la lluvia insensata
para ir a comprar tu pan de cada día
antes de volver a la tierra para siempre.
jueves, 3 de septiembre de 2020
miércoles, 2 de septiembre de 2020
SEGUNDO PREMIO DE POESÍA EN ALACUÁS
El poema que transcribo a continuación ha obtenido el segundo premio en el certamen MARE DE DÉU DE L'OLIVAR, modalidad B.
BALADA DEL SETENTA Y CINCO
Nunca olvidaré las acequias de mi infancia
en el descampado que había detrás de mi piso:
corrientes que inundaban madrigueras de ratas
entre carriles de azada y de rastrojos
y nos dejaban sin fútbol unas horas
para regar a mansalva los naranjos
y los huertos del camino a Xirivella.
Venas secas que despertaban al dictado
de un turno incomprensible para un niño
hasta reventar de agua aquellos cauces,
perennemente secos hasta entonces,
como venas excavadas en el páramo.
Ni las tardes en que rompíamos la monotonía
haciendo cola cuando estrenaban
alguna de Tarzán, el hombre mono,
o para ver pelearse a dos romanos
en el cine Hercumar, enfrente de mi escuela.
Ni las noches de estrellas, orientados a levante
para vislumbrar el castillo de pólvora
el día de San José, mirando a Valencia
por encima de los edificios y las luces,
sobre tejados convertidos en terraza
en una finca de las afueras de Alaquàs.
Nunca olvidaré los primeros escarceos con la vida
para un andaluz emigrante de once años,
los amigos que dejé y los que pude hacer,
las clases de guitarra que no di
para disgusto de mis padres,
el susto de mi hermano al cruzar la avenida,
las escapadas algún sábado al Vedat,
los partidos de frontón en la azotea,
y ese olor que se pega a los recuerdos
con retazos de humo y azahar;
o las clases de don Francisco Lerma,
de quien yo era su alumno favorito…
Todo bien mezclado con carencias y con ansias
de hacerme mayor, sin yo saberlo,
para soñar con las acequias de mi infancia
dormido en las entrañas de otra tierra.