Mi poema "TODO DEPENDE" acaba de ser seleccionado como finalista en las
JUSTAS POÉTICAS DE DUEÑAS (PALENCIA). El próximo 15 de agosto los cuatro poetas
galardonados hemos de leer nuestros trabajos en la iglesia de Santa María y
después el jurado repartirá 1000 € y Botijo de Oro al primero, 500 € y Botijo de
Plata al segundo y 300 € y Botijo de Barro a los dos terceros. ¡Deseadme
suerte!
Bienvenidos a mi blog. Si os gusta la literatura, en él podéis encontrar algunos poemas y relatos y contactar conmigo. Responderé sugerencias y comentarios en eettss@gmail.com.
miércoles, 23 de julio de 2014
jueves, 26 de junio de 2014
PREMIO DE RELATO "PALOMA NAVARRO"
Grata sorpresa ayer al recoger el premio de poesía PALOMA NAVARRO. El Jurado no me había comunicado que también había ganado el PRIMER PREMIO de relato, así que cuando me nombraron no me di por aludido. Un gesto precioso que no olvidaré nunca y que agradeceré siempre.
¡Larga vida al certamen de Vilches que ya ha cumplido diecisiete convocatorias en poesía y dos en prosa!
Relato ganador del II certamen PALOMA NAVARRO.
EL BOMBARDERO DE ATXURI.
¡Larga vida al certamen de Vilches que ya ha cumplido diecisiete convocatorias en poesía y dos en prosa!
Relato ganador del II certamen PALOMA NAVARRO.
EL BOMBARDERO DE ATXURI.
Viene decidido Iñaki, mi nieto, con un
manojo de recortes en la mano izquierda y el asombro pintado a lápiz en sus
ojos limpios. Entre los papeles ha liberado uno, que porta en la derecha, y que
no distingo bien desde la miopía de mis ochenta y nueve años a causa de la luz
deficiente del atardecer en Atxuri: Es una fotografía del tiempo de maricastaña
y que, de pronto, al enfocarla en la retina y distinguir su contenido, ha
desatado dentro de mí algún saco de esencias que ocultaba mal cerrado, como en
una tienda de azafranes, pimentón y orégano, y que se han expandido como el gas
que fueran antes de solidificarse en el pensamiento, fuera de mí, hacia la
estancia contigua y la sala de estar, como el éter, como una plaga de mariposas
diminutas.
El
nieto me dice que le explique aquello que no acierta a comprender acostumbrado
a los mecanismos de colores de los artilugios modernos, a sus diecisiete años,
¡tan inocente todavía!. Es una foto del primer frontón Euskalduna lo que trae
en su mano, aquel que se llevó la Guerra por delante y sobre cuyo solar
edificarían el segundo unos años después, o es acaso una aldaba virtual en un
corazón anciano, fin para el que fue inventada la fotografía, o tal vez una
espoleta que ha activado la ingente bomba de mis recuerdos, o una bujía que ha
puesto en marcha los cigüeñales de mi espíritu y me ha trasladado a aquella
infancia feliz, con matices, que me tocó vivir en suerte y disfrutar en el
primer cuarto del pasado siglo.
El
sudor olía de otra manera en aquel Bilbao de 1928, o mejor no, lo que aromaba
distinto era la forma de eliminarlo: ese jabón ancestral que las matronas
urgían con restos de despensa y sosa cáustica, o el tal Lagarto, no mucho más
sofisticado en su composición aunque igual de eficaz en su profilaxis. El
frontón calaba los sentidos con el perfume a humedad, a pétalos hervidos, de
sus paredes vetustas. Y nosotros, niños románticos, o así nos veo ahora desde
la perspectiva de los años, con los ojos agrandados de mirar desde la grada una
pelota minúscula y la nariz educada en ordenar los efluvios, quizás al no tener
otro entretenimiento más rentable, grabábamos a fuego lento cada recuerdo en
las pituitarias como si se tratara del último, como si al siguiente domingo mi
padre no fuera a llevarnos al Euskalduna. Desde mi puesto perenne, en la misma
baranda del graderío de arriba cada velada, como el grumete de aquel barco
simbólico, en la esquina contraria al marcador, me empapaba el vaho del
linimento que ascendía desde el vestuario y el adobo de las lociones
extremadamente varoniles del que abusaban los pelotaris, recién duchados y
afeitados, hasta tal extremo que no podía respirar en mitad de aquella orgía de
esencias, tosiendo desde el alma, aunque gozando lo inaudito, hasta casi el
éxtasis, por alguna extraña reminiscencia masoquista que debí heredar de mis
ancestros. Cómo no, las vaharadas de habanos, que podían cortarse con un sable
por lo densas, de los escasos puros que encendían los de tribuna, los más
pudientes, vegueros finos de precios inamortizables para un paladar poco
entendido como el de mi padre por aquel entonces, y el roce manido de los
billetes arrugados, como de naipe viejo, como de cartón mohoso empapado en
aliento de ballena, que se cruzaban en las apuestas más atrevidas, rellenaban
hasta rebosarlo el cántaro de mis percepciones. Además, mi hermano crujía
constantemente pipas tostadas con sus enormes incisivos y escupía al suelo las
cáscaras mojadas y hueras. A mí no me gustaba el sabor de los girasoles, en
cambio me moría por aspirar la salmodia a tueste salado que escapaba de
aquellas lámparas maravillosas y diminutas entre los dientes de Txomin. No sé
si me olvido alguno, supongo que, agazapado detrás de sus mayores, o
inadvertidos por la intensidad de los descritos, debieron pasárseme por alto
retazos o reminiscencias de otras fragancias más sutiles, o quizás las
almaceno, como coleccionista avezado, en recónditos campos neuronales, sin
saber de su existir, sin la consciencia de su posesión, hasta que afloren por
extrañas confabulaciones del sentido y me evoquen su natura y la estampa
preciosa en la que los adquirí sin darme cuenta.
Y
junto a los olores he vuelto a oír el crujido de las chisteras, el balazo
dormido de los pelotazos en la pared verdusca, el chirriar de las suelas
rebeldes sobre la pista, los suspiros disimulados de las muchachas adolescentes
ante aquellos hombres curtidos, las maldiciones con sordina que se cocían entre
los labios de los jugadores y de los que apostaban, los aplausos atronadores,
magnificados por el eco del eco de las palmadas en el espacio cerrado del
Euskalduna…
He
vuelto a pasear por los aledaños y a degustar la gaseosa que nos entretenía
después de los partidos, mientras mi padre juzgaba lo visto con sus amistades
en la barra, libando unos chiquitos y
emulando proezas de sus buenos tiempos
deportistas, no en balde presumía de ser el gran Bengoechea III, deudor de una
gran saga de triunfadores que se remontaba a mediados del siglo XIX con su
abuelo Iñaki y trascendía su buen nombre al “Bombardero de Lezama”, su padre,
tradición gloriosa rota por mí y por el resto de mis hermanos, en absoluto
válidos para este arte por nuestra complexión débil y agilidad nula, y
alardeaba de sus huesos rotos y mal curados en una retahíla de falanges
deformadas por una soldadura defectuosa...
Mi
nieto sigue reclamando mudo, absorto, porque ha debido ver algún retazo de
historia en el fondo blanco y negro de mis ojos, que le otorgue una recreación
detallada, si no del paisaje urbano y sus personajes anónimos, sí al menos de
mis emociones, del porqué de haber guardado aquella vieja lámina casi cien años
en el fondo de una caja de latón, entre otras evidentes.
- Hijo mío, cosas de viejos - le digo, como
espantando las moscas de su curiosidad. Pero él insiste en si alguno de los
jugadores era yo, o mi padre, o algún pariente, creyendo rescatar algún rasgo
común entre ellos y nosotros, por lo que me aprovecho de mi ancianidad y
amparado en la demencia y en la falta de coetáneos que pudieran desmentirme, le
digo que sí, que era yo el de la izquierda, el campeón de Vizcaya durante siete
temporadas en la modalidad de cesta y punta, mi favorita, y que hubo una vez
una ovación de quince minutos en mi honor cuando vencí a Bengoechea III, y le
cuento cómo nos lavábamos al finalizar los partidos con jabón casero, y lo bien
que olían las lociones de afeitar de aquel entonces y que me llamaban el
“Bombardero de Atxuri” en los bares de chiquitos del Casco Viejo y que así
enamoré a su abuela un domingo por la tarde, tras sorprenderla suspirando por
mí durante un partido...
Él, que se sabe de
memoria los milagros caseros de la saga, conoce perfectamente que le miento,
pero no le importa seguirme la ocurrencia y, al terminar, me besa en la frente
con una ternura infinita y deja sobre mí la estela afeminada de un aftershave
americano que acaba por borrar el rastro en mi memoria, quizás para siempre, de
aquellos olores bilbaínos de 1928...
miércoles, 25 de junio de 2014
PRIMER PREMIO DE POESÍA "PEPA CANTARERO"
Pues sí. Mi poemario "FIN DEL PRINCIPIO" ha sido distinguido con el premio de poesía "PEPA CANTARERO" en Baños de la Encina (Jaén). La entrega de premios se realizará el próximo día dos de agosto de 2014. El premio consiste en la publicación del libro y en la entrega de ejemplares al autor a modo de pago de los derechos de autor.
viernes, 20 de junio de 2014
lunes, 9 de junio de 2014
PRIMER PREMIO DE RELATO
lunes, 26 de mayo de 2014
OCASIONES PARA ESTREMECERSE
Ya se han publicado las VIVENCIAS ganadoras y pueden leerse en
OCASIONES PARA ESTREMECERSE
Cuando alguien grite un gol de River o de Boca.
Cuando alguien redacte un capítulo de una novela
o componga una décima en un departamento de Cagüey.
Cuando una idea se refleje sobre un renglón rectilíneo,
no importa cuán largo o erudito sea,
o un niño escrute el horizonte con un periódico cilíndrico
y exalte desde su corazón la belleza de la aurora que se oculta en Guanajuato.
Cuando un adolescente en Asunción
quiera contar al mundo que se ha enamorado de una tímida,
y esta le responda, o no, con un beso o una excusa, según.
Cuando se ampute el silencio en Matanzas
o se articule un verbo en San José de Costa Rica,
un verbo que nunca se dijo antes porque no era necesario.
Cuando se mojen por accidente los pies en el Orinoco
y se blasfeme, con acento de Barrancas, al sentir húmedos los calcetines.
Cuando se pronostiquen sucesos nimios
en cartas dirigidas a una amante uruguaya, lejana y misteriosa,
y cuando la amante lejana y misteriosa proponga una cita en una cafetería de Montevideo.
Cuando un soldado beba vino de Mendoza
mientras lee en voz alta un discurso de Sandino.
Cuando el cacao y el café hilvanen conversaciones fragantes en una chocolatería de Managua.
Cuando se sorba mate mientras se oye un tango bonaerense en la penumbra de un garito.
Cuando un panameño te diga al oído en la Gran Vía madrileña,
en Tegucigalpa, en la muralla china o a las puertas del Moma:
“Soy tu hermano”,
y sientas en las venas una ebullición desconocida,
y se erice el vello de tus brazos, y el corazón te lata marcándose una cumbia.
Cuando alguno de los más de trescientos millones
que facemos las Españas lea atentamente este poema,
y se emocione, o se indigne, o quede indiferente,
será la ocasión propicia para volver a estremecernos
por compartir de nuevo un gran tesoro:
El acervo cultural de nuestro idioma.
OCASIONES PARA ESTREMECERSE
Cuando alguien grite un gol de River o de Boca.
Cuando alguien redacte un capítulo de una novela
o componga una décima en un departamento de Cagüey.
Cuando una idea se refleje sobre un renglón rectilíneo,
no importa cuán largo o erudito sea,
o un niño escrute el horizonte con un periódico cilíndrico
y exalte desde su corazón la belleza de la aurora que se oculta en Guanajuato.
Cuando un adolescente en Asunción
quiera contar al mundo que se ha enamorado de una tímida,
y esta le responda, o no, con un beso o una excusa, según.
Cuando se ampute el silencio en Matanzas
o se articule un verbo en San José de Costa Rica,
un verbo que nunca se dijo antes porque no era necesario.
Cuando se mojen por accidente los pies en el Orinoco
y se blasfeme, con acento de Barrancas, al sentir húmedos los calcetines.
Cuando se pronostiquen sucesos nimios
en cartas dirigidas a una amante uruguaya, lejana y misteriosa,
y cuando la amante lejana y misteriosa proponga una cita en una cafetería de Montevideo.
Cuando un soldado beba vino de Mendoza
mientras lee en voz alta un discurso de Sandino.
Cuando el cacao y el café hilvanen conversaciones fragantes en una chocolatería de Managua.
Cuando se sorba mate mientras se oye un tango bonaerense en la penumbra de un garito.
Cuando un panameño te diga al oído en la Gran Vía madrileña,
en Tegucigalpa, en la muralla china o a las puertas del Moma:
“Soy tu hermano”,
y sientas en las venas una ebullición desconocida,
y se erice el vello de tus brazos, y el corazón te lata marcándose una cumbia.
Cuando alguno de los más de trescientos millones
que facemos las Españas lea atentamente este poema,
y se emocione, o se indigne, o quede indiferente,
será la ocasión propicia para volver a estremecernos
por compartir de nuevo un gran tesoro:
El acervo cultural de nuestro idioma.
viernes, 23 de mayo de 2014
PREMIO OROLA DE VIVENCIAS EN MADRID
LAS VIVENCIAS GANADORAS DEL VIII PREMIO OROLA DE VIVENCIAS "FACER ESPAÑAS"
El Jurado, reunido en la Real Gran Peña de Madrid el viernes 23 de mayo a
las 20.00 horas ha elegido a las siguientes vivencias.
1º Premio: OCASIONES PARA
ESTREMECERSE
Autor: Esteban Torres Sagra, de Úbeda, Jaén
2º Premio: LOS VERSOS QUE YO
ESCRIBO
Autora: Mª José Toquero del Olmo, de Valencia
3º Premio: FERVOR DE
GUADALUPE
Autor: Ferrán Gallego Margaleff, de Sant Just Desvern, Barcelona
¡Enhorabuena!
jueves, 1 de mayo de 2014
PREMIO DE POESÍA EN BURGOS
Yose Álvarez-Mesa, Esteban Torres Sagra, Javier Martín y Mamen Hernández, XIII Premios Al-Andalus Burgos
La Asociación Cultural Al-Andalus de Burgos ha fallado
el XIII Certamen Al-Andalus de Poesía y Relato Corto.
Yose Álvarez-Mesa, con
'Candela la bella', ha ganado el Premio Especial por Andalucía en la modalidad
de Relato, dotado con 800 euros.
El Premio Especial por Andalucía en la
modalidad de Poesía, de la misma cuantía, ha sido para Esteban Torres
Sagra.
En la modalidad de Relato de Tema Libre, dotada con 700 euros, el
Premio es para Francisco Javier Martín Franco
El Premio de Poesía con Tema
Libre, con la misma dotación, ha recaído en Mamen Hernández Cobos
La entrega
de premios tendrá lugar el próximo sábado 10 de mayo.
(01/05/14)
lunes, 27 de enero de 2014
VI CERTAMEN MICRORRELATOS DE ABOGADOS
Vuelve el CERTAMEN de MICRORRELATOS sobre ABOGADOS en su VI edición y vuelvo a aparecer seleccionado en el mes de enero 2014.
martes, 3 de diciembre de 2013
SEGUNDO PREMIO EN ÓLVEGA (SORIA)
ACABO DE ENTERARME DE LA CONCESIÓN DEL SEGUNDO PREMIO DE POESÍA
DIEZ (a.m.): CELEBRACIÓN. OLVIDO. DESENCANTO.
Nadie se acuerda, pero es mi cumpleaños, estoy casi segura.
Nadie me pregunta porqué llevo tan temprano el pelo suelto
y las entrañas con rímel. Amanece bronca,
pero echo un reojo al almanaque y me cercioro
antes de llorar en las tostadas.
El juez de la costumbre archiva mi denuncia por falta de preaviso
(me recuerda que han de pasar al menos veinticuatro horas)
y les otorga a ellos el beneficio de la duda.
Se fueron, los unos a la escuela, el otro a la oficina,
y yo me quedo sola sorbiendo un café con estricnina
y soplándome las velas, como siempre.
Me planteo, mientras quemo con la plancha una corbata,
la rebelión más silenciosa, una huelga de celo,
repartir pasquines por todos los rincones de la casa
pidiendo un referéndum por mi independencia,
pero no es constitucional, según han dicho por la radio en la tertulia.
A la vez, mi imaginación vuela por las nubes, libérrima,
sabiendo que cualquier electrodoméstico caliente es un lastre
y todo plan de vuelo una hipótesis adolescente que acaba en simulacro.
Cómo odiaba los días con horarios y patrones de conducta
y sin embargo mi vida es una fotocopia pegada con imanes en el frigorífico,
en el que están a punto de caducar dos yogures desnatados y algunas ilusiones.
Hay algo que se inflama en las meninges cuando paso al lado del espejo
y escucho un susurro derrotado, un aliento en ciernes
que me cuchichea al oído: “te vas abandonando a la estulticia”,
¡el miserable!,
o me pregunta por aquella chica pizpireta que antes se asomaba por mis ojos
y que hace un tiempo que no viene.
Se desgarra un canelón en mi intestino cuando se oyen estas cosas,
y pongo a cocer lentejas que fueron lentejuelas no hace tanto,
busco “estulticia” en un diccionario de sinónimos
y me derramo encima un bote de tomate frito
como si me hubieran acribillado la ternura
a ráfagas de ninguneo.
Me refugio en el tráfico y en el murmullo de las nimiedades.
Levanto una tormenta en el desierto de mi alcoba
con la harina de rebozar croquetas
y quisiera dormirme acurrucada en un peluche
y que me despertaran con un pétalo.
Pienso en todas las renuncias implícitas que no firmé y en las que sí.
En los romances dulces de los trece años a la puerta del colegio.
En los besos torpes que sabían a bollycao y a mandarina.
Definitivamente no me queda ningún síntoma
de aquella felicidad que me diagnosticaron.
Certamen de Poesía Milagros Cacho Párraga
EN ÓLVEGA(SORIA) POR MI POEMA: "10 A.M. Celebración, olvido, desencanto".DIEZ (a.m.): CELEBRACIÓN. OLVIDO. DESENCANTO.
Nadie se acuerda, pero es mi cumpleaños, estoy casi segura.
Nadie me pregunta porqué llevo tan temprano el pelo suelto
y las entrañas con rímel. Amanece bronca,
pero echo un reojo al almanaque y me cercioro
antes de llorar en las tostadas.
El juez de la costumbre archiva mi denuncia por falta de preaviso
(me recuerda que han de pasar al menos veinticuatro horas)
y les otorga a ellos el beneficio de la duda.
Se fueron, los unos a la escuela, el otro a la oficina,
y yo me quedo sola sorbiendo un café con estricnina
y soplándome las velas, como siempre.
Me planteo, mientras quemo con la plancha una corbata,
la rebelión más silenciosa, una huelga de celo,
repartir pasquines por todos los rincones de la casa
pidiendo un referéndum por mi independencia,
pero no es constitucional, según han dicho por la radio en la tertulia.
A la vez, mi imaginación vuela por las nubes, libérrima,
sabiendo que cualquier electrodoméstico caliente es un lastre
y todo plan de vuelo una hipótesis adolescente que acaba en simulacro.
Cómo odiaba los días con horarios y patrones de conducta
y sin embargo mi vida es una fotocopia pegada con imanes en el frigorífico,
en el que están a punto de caducar dos yogures desnatados y algunas ilusiones.
Hay algo que se inflama en las meninges cuando paso al lado del espejo
y escucho un susurro derrotado, un aliento en ciernes
que me cuchichea al oído: “te vas abandonando a la estulticia”,
¡el miserable!,
o me pregunta por aquella chica pizpireta que antes se asomaba por mis ojos
y que hace un tiempo que no viene.
Se desgarra un canelón en mi intestino cuando se oyen estas cosas,
y pongo a cocer lentejas que fueron lentejuelas no hace tanto,
busco “estulticia” en un diccionario de sinónimos
y me derramo encima un bote de tomate frito
como si me hubieran acribillado la ternura
a ráfagas de ninguneo.
Me refugio en el tráfico y en el murmullo de las nimiedades.
Levanto una tormenta en el desierto de mi alcoba
con la harina de rebozar croquetas
y quisiera dormirme acurrucada en un peluche
y que me despertaran con un pétalo.
Pienso en todas las renuncias implícitas que no firmé y en las que sí.
En los romances dulces de los trece años a la puerta del colegio.
En los besos torpes que sabían a bollycao y a mandarina.
Definitivamente no me queda ningún síntoma
de aquella felicidad que me diagnosticaron.
lunes, 11 de noviembre de 2013
POEMA PRIMER PREMIO "PAN DE TRIGO" LA SOLANA 2013
Eres tú –y con este comienzo me viene a la memoria Mocedades-
mi fortaleza.
Aunque no sé si se llamaba fortaleza o a qué otro nombre respondía
ese espacio exento de carreras cuando jugábamos de niños:
El hogar –decíamos- el recinto, la casa, el santuario…
el refugio donde uno podía dejarse reposar tranquilamente
y todo el mundo se paraba,
y todo el mundo respetaba aquel remanso
hasta que por fin volvía el resuello a los pulmones.
Eres certidumbre en los rincones de mis dudas: Si dices sí,
me parece posible cualquier atrevimiento,
cualquier cosa,
aunque a veces incluso asientes sin los labios y a veces
tu silencio amortigua las bisagras que chirrían en mi espíritu
o tu sonrisa lustra con el bajo de su enagua
las alas sucias de mis mariposas y no necesito que me hables.
Si dices no, saltan las alarmas siderales y se activan
los frenos de emergencia de esta locomotora pusilánime;
llueve calma sobre la osadía, se empanan mis surcos cerebrales
y los nimbos que nublaban mi criterio deponen su actitud
sabiéndose advertidos,
porque -cuando se me olvida tu paraguas-
yo me dejo llover muy fácilmente.
Sé de arreboles que madrugan y de cielos poco precavidos
que pagan entrada de tribuna para mirar tus ojos y copiarlos.
Algún día te contaré los denuedos para protegerte de dragones
que te asedian todas las noches en mis pesadillas,
o cómo soy capaz
de dibujar tu contorno en el espacio con la yema de mis dedos
sin equivocar una sola directriz en el ciego esbozo de tu partitura.
No sé si se trata de querer más que cualquiera
-esto no es competencia que pueda aquilatarse-
yo tan sólo mantengo tres certezas grabadas en mi mente a fuego:
No cambiaría estar contigo por nada que pudieran ofrecerme.
Repetiría hasta el infinito cada segundo que hemos disfrutado.
Y la tercera debe ser algo parecido
a acariciar juntos terciopelo o a sentir -como la primera vez que nos besamos-
cada noche de nuevo primerizas
aquellas hormigas revoltosas debajo del embozo.
Nunca escribo poemas de amor y tú lo sabes.
¡Hay tanto junto a ti…! que tal vez lo malgasto y no lo venero como debería,
lo dejo aquilatarse en mi bodega, lo cuelgo en mi memoria
como un abrigo cotidiano que me suelo poner todos los días
y por eso, por el uso deslucido, en su comodidad de tantos años,
no reparo en la calidad de su tejido incomparable y sus hechuras,
aunque, si salgo a la calle sin él, me noto desnudo por dentro;
si le produzco cualquier roce con un restregón de la rutina
lloro a solas sin que tú me veas;
si se aja con la herrumbre de cada aniversario que casi se me olvida
me procuro tu perfume en la droguería de guardia y vuelco su esencia para resarcirme,
y vuelvo a ser consciente del hecho extraordinario
que supone para mí rendirte pleitesía, medirte la cintura,
rozar las pestañas donde nace el torbellino,
enredar nuestros dedos sin querer cuando salimos a la vida,
perder la brújula en tus ojos o asumir la madurez como un regalo,
incapaz ya de afrontar cualquier vicisitud sin ti,
la mejor dádiva posible que pudo el destino depararme.
Para terminar, sólo decirte que te quiero…
porque no sé escribir poemas de amor, tú ya lo sabes.
martes, 8 de octubre de 2013
MICRORRELATOS DE ABOGADOS
Creo que, aunque sea por cansino, ya deberían darme el premio mensual de este certamen. He vuelto a ser elegido entre los 21 finalistas mensuales de septeimbre 2013. Os dejo el enlace por si os apetece leer mi "DIÁLOGO DE BESUGOS".
http://www.microrrelatosabogados.com/historico1.asp?mes=9&ano=2013&ed=5
Saludos cordiales.
http://www.microrrelatosabogados.com/historico1.asp?mes=9&ano=2013&ed=5
Saludos cordiales.
lunes, 23 de septiembre de 2013
PREMIO EN LA SOLANA (CIUDAD REAL)
¡Vuelvo a La Solana cuatro años después!
Me han otorgado el primer premio "PAN DE TRIGO" de este año 2013. Colgaré el poema después de la entrega de premios que será el 9/11/2013. Además lleva aparejado ser el mantenedor del acto de entrega de premios del año siguiente, por lo que si no me falla la memoria, será Juan Lorenzo Collado, a quien conocí en Munera, el que haga los honores. Recuerdo que la otra vez se hizo una puesta en escena preciosa por parte del grupo literario del mismo nombre con poemas de Lope de Vega. Nos vemos allí.
jueves, 29 de agosto de 2013
Accesit del V Premio de Poesía Breve Ciudad de Alcaudete.
SE PUEDE LEER EL POEMA EN: http://alcaudetepoesia.blogspot.com.es/ |
domingo, 25 de agosto de 2013
MICRORRELATOS DE ABOGADOS AGOSTO 2013
domingo, 7 de julio de 2013
POEMA SEGUNDO PREMIO POESÍA MOLINO BELLA QUITERIA
TODOS LOS DÍAS LE RESULTAN VIERNES
Deshoja sintagmas como pétalos de lluvia,
él, que ya superó todos los retos,
y va combando las sílabas de algún terceto
que vaga en su memoria
mientras mira pasar los vagones de su vida
desde una barbacana,
un puente elevado que le otorga perspectiva.
Hace malabares con los restos de la noche
cuyas migajas guarda en el bolsillo de su traje,
cuando se encamina, con los dedos atestados
de yemas amarillas,
a la umbría caliente, a la solana fría
de un lóbrego paisaje.
La aorta exhibe bajo el arquitrabe de su brazo
y un periódico en el otro para hacerse un quite
a modo de báculo incunable o contraseña
para una cita a ciegas con un ángel;
vestigios de juventud (amores y tauromaquia
a partes casi iguales)
ocupan su corazón, expuesto a la intemperie,
y la falta de humildad para pedir clemencia
o reconocer como ingredientes de la vida
el miedo inexplicable y el pánico a la muerte.
Cada mañana pasea en el mismo itinerario,
saluda a los troncos de idénticas acacias
y se disculpa consigo mismo si tropieza
o levanta un arco iris de agua sucia
al pisar una baldosa tambaleante
con sus viejos zapatones, manchados de barbecho.
Emérito de cada época, ¡y son tantas
las décadas que acumula ya en su debe!,
lleva siempre una prisa principiante,
como el que llega tarde a una corrida,
como el que busca algo bajo un grifo,
como el que nunca da nada por hecho,
como quien teme perderse un juicio rápido
o su propia muerte detrás de cada esquina.
Todos los días le resultan viernes
y predica una religión de anacreontes.
(Fue mi profesor en los setenta
y plantó en mi biografía una letra mayúscula
y un renglón vacío, unos gorgojos de tinta
y un plumier que rebosaba placentas
con estrofas en ciernes.)
Deshoja sintagmas como pétalos de lluvia,
él, que ya superó todos los retos,
y va combando las sílabas de algún terceto
que vaga en su memoria
mientras mira pasar los vagones de su vida
desde una barbacana,
un puente elevado que le otorga perspectiva.
Hace malabares con los restos de la noche
cuyas migajas guarda en el bolsillo de su traje,
cuando se encamina, con los dedos atestados
de yemas amarillas,
a la umbría caliente, a la solana fría
de un lóbrego paisaje.
La aorta exhibe bajo el arquitrabe de su brazo
y un periódico en el otro para hacerse un quite
a modo de báculo incunable o contraseña
para una cita a ciegas con un ángel;
vestigios de juventud (amores y tauromaquia
a partes casi iguales)
ocupan su corazón, expuesto a la intemperie,
y la falta de humildad para pedir clemencia
o reconocer como ingredientes de la vida
el miedo inexplicable y el pánico a la muerte.
Cada mañana pasea en el mismo itinerario,
saluda a los troncos de idénticas acacias
y se disculpa consigo mismo si tropieza
o levanta un arco iris de agua sucia
al pisar una baldosa tambaleante
con sus viejos zapatones, manchados de barbecho.
Emérito de cada época, ¡y son tantas
las décadas que acumula ya en su debe!,
lleva siempre una prisa principiante,
como el que llega tarde a una corrida,
como el que busca algo bajo un grifo,
como el que nunca da nada por hecho,
como quien teme perderse un juicio rápido
o su propia muerte detrás de cada esquina.
Todos los días le resultan viernes
y predica una religión de anacreontes.
(Fue mi profesor en los setenta
y plantó en mi biografía una letra mayúscula
y un renglón vacío, unos gorgojos de tinta
y un plumier que rebosaba placentas
con estrofas en ciernes.)
sábado, 6 de julio de 2013
LA NOGUERA DE MI BISABUELO
PRIMER PREMIO JUVENIL DE POESÍA DEL XVI CERTAMEN PALOMA NAVARRO.
LA
NOGUERA DE MI BISABUELO POR MANUEL TORRES TENDERO, 15 AÑOS
La primavera besaba
dulcemente la pradera
cuando el viento acariciaba
sutilmente la hierba
formando verdes olas infinitas.
El río descansaba
suavemente bajo el cielo azul
manipulado por los destellos
puros del sol;
las nubes, blancas y esponjosas,
con su vaivén, limpiaban el vuelo
de los pájaros que sobrevolaban
por encima de aquel árbol centenario,
aquel árbol de mi infancia,
testigo único de la vida
en aquella vieja y bonita pradera
donde crecí en silencio.
El día que lo cortaron
lloré junto a su tronco,
lavé con el río su herida
y quise cortarle la hemorragia
con un copo de nube
que le pedí a una golondrina.
FIN
jueves, 4 de julio de 2013
MICRORRELATOS DE ABOGADOS
Acabo de comprobar que estoy entre los finalistas de junio con el micro: "LA REPARTIDORA DE CURRICULUM".
Podéis leerlo en el siguiente enlace:
http://www.microrrelatosabogados.com/historico1.asp?mes=6&ano=2013&ed=5
Espero que os guste.
Desearía críticas y comentarios de quien lo lea. Gracias
Podéis leerlo en el siguiente enlace:
http://www.microrrelatosabogados.com/historico1.asp?mes=6&ano=2013&ed=5
Espero que os guste.
Desearía críticas y comentarios de quien lo lea. Gracias
jueves, 27 de junio de 2013
PRIMER PREMIO DE POESÍA JUVENIL "PALOMA NAVARRO" PARA MI HIJO MANUEL
Me llena de alegría este galardón que le han concedido a mi hijo en Vilches. El poema que ha presentado se titula "LA NOGUERA DE MI BISABUELO" y lo colgaré tras el acto de entrega de premios.
PRIMER PREMIO COMARCAL DE RELATO "PALOMA NAVARRO" EN VILCHES
Hace un rato me han comunicado el galardón, cuya entrega de premios será el próximo día 4 de julio. El relato se titula "LA BORDADORA DE GOOGLE" y lo colgaré después del acto.
El premio consiste en un fin de semana para dos personas en el Parador de Jaén.
Seguro que lo disfrutaremos en familia.
Escudo de Vilches
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