El Ayuntamiento de El Sauzal ha dado a conocer los textos ganadores del VIII Concurso de Relato Hiperbreve de El Sauzal. Con motivo del Día del Libro, el Consistorio organizó una nueva edición de este certamen, en el que se presentaron 413 relatos.
El primer premio de la categoría adulta fue para el relato “Todas las palabras” del escritor valenciano Isaac Belmar García. El texto llamó la atención del jurado por su originalidad. El segundo relato premiado de la modalidad, fue para el autor jienense Esteban Torres Sagra con su obra “Relato sindical”.
Por otro lado, en la categoría juvenil para escritores de entre 14 y 17 años, el primer premio fue para el tinerfeño Hugo Tesifón Hernández por su texto “Ángela”, un trabajo desenfadado de sorprendente final. El segundo premio fue para la joven asturiana Carla Hortal Quirós con un conmovedor relato titulado “No entiendo nada”.
Tanto el Ayuntamiento de El Sauzal, como los miembros del jurado, quisieron destacar la participación de este año y la calidad de los trabajos presentados. Todas las obras permanecerán colgadas en el blog que el Ayuntamiento ha creado al efecto: http://relatohiperbreve.blogspot.com.
RELATOS PREMIADOS:
Primer Premio · Categoría Adulta · “TODAS LAS PALABRAS”
Autor: Isaac Belmar García · Pseudónimo: Jannes · Valencia
Quise recoger las palabras que me faltaban. ¿Qué otra cosa voy a hacer si escribo? En los bosques de bambú de Kyoto, ella dijo komorebi. «Es la luz entre los árboles, los haces del sol penetrando en el bosque. Ese momento es una palabra. ¿Cómo es que no la tenéis vosotros?».
Me encogí de hombros y sonreí, ¿qué iba a hacer? Jamás reconoceré que no
tengo todas las palabras y las necesito, por eso las busco.
«Pues te voy a enseñar aware».
—¿Qué es?
«La sensación agridulce de un momento de belleza trascendente, te das
cuenta de que es maravilloso, pero sabes que ya ha sucedido y se termina y eso te da la alegría y la tristeza que siempre tienen a la vez las mejores cosas».
Aware eras tú y aquel bosque con la luz entre los árboles, así que luego junto al mar yo te enseñé Mamihlapinatapei, porque me traje de Argentina esa mirada de dos personas que desean empezar algo y no se atreven. Te la escribí en la arena y cuando sonreíste la borré con la mano porque contigo sí me atreví.
He viajado recogiendo cada palabra, con la litost en los talones y ansiando
comprender wabi-sabi.
Y de todas las palabras, tras miles de kilómetros, recuerdo sobre todo Asa, tu nombre. Nacida al amanecer, maestra de palabras.
Segundo Premio · Categoría Adulta · “RELATO SINDICAL”
Autor: Esteban Torres Sagra · Pseudónimo: El sastrecillo valiente · Jaén
¡Eh, tú, niña! – le dijo aquel joven, vestido de verde, a Caperucita, cuando ya estaba a punto de entrar en la casa del Bosque de los Avellanos – soy del sindicato CSIF (Cuentos Seguros Infantiles – sector Fantásticos-) y hoy estamos visitando a los compañeros que trabajáis en las historias de los Hermanos Grimm, división de menores. Como sabrás, luchamos para superar situaciones de injusticia repetidas históricamente: madrastras que no respetan el convenio marco y humillan a los personajes, cerditos a los que obligan a trabajar como albañiles sin la especialización necesaria, lobos que se extralimitan en su cometido, cazadores que no fichan a tiempo y nunca están cuando el protagonista infantil los necesita, cestas de comida por encima del peso máximo autorizado –estas últimas te atañen directamente-, ogros que se llevan la mitad del presupuesto en dietas, brujas que llegan cansadas a los cuentos porque están pluriempleadas en política y usan venenos experimentales sin el visado de Sanidad, espejos mágicos que toman partido por los intereses de la monarquía… ¡en fin, nada nuevo que no conozcas!. Queremos un sindicato fuerte para presionar a los autores y que modifiquen los argumentos, que se nos garantice por ley una carrera profesional y que nadie trabaje más de doscientos años. Me llamo Pedro pero todo el mundo me conoce como Peter Pan. Estoy liberado en la sede central de Fantasía. Toma mi tarjeta por si necesitas algo. Piénsatelo pronto y fírmame ahí, ahí y ahí, ¡ah! y déjanos una cuenta bancaria para domiciliar las cuotas antes de entrar en la casa de tu abuela, que me conozco el cuento.